Tegucigalpa (AFP) – La izquierdista Xiomara Castro encabeza el lunes con una gran ventaja de casi 20 puntos la carrera a la presidencia de Honduras tras el escrutinio de más de la mitad de los votos, y se apresta a convertirse en la primera mujer que gobernará su país.
Castro, del partido Libertad y Refundación (Libre), obtiene el 53,61% de los votos, seguida de lejos por el alcalde de Tegucigalpa Nasry Asfura, del oficialista Partido Nacional (derecha) con 33,87%, según las últimas cifras del Consejo Nacional Electoral (CNE) con 51,45% de los sufragios contabilizados.
«Buenas noches, ganamos», dijo Castro, de 62 años, la noche del domingo frente a sus simpatizantes.
La esposa del expresidente Manuel Zelaya (2006-2009), derrocado por una alianza cívico-militar de derecha debido a su acercamiento con la Venezuela de Hugo Chávez, prometió «un gobierno de reconciliación».
«Tiendo la mano a mis opositores porque no tengo enemigos, llamaré a un diálogo (…) con todos los sectores» de Honduras, aseguró.
Es una «alegría enorme, felicidad, porque sé que Xiomara va a ayudar al pueblo, va a ayudar a las mujeres hondureñas», dijo María, una hondureña de unos 40 años, en la plaza central de Tegucigalpa.
De confirmarse su triunfo, Xiomara Castro pondrá fin a una hegemonía de 12 años del Partido Nacional y reemplazará al derechista Juan Orlando Hernández, quien termina su mandato en medio de señalamientos de narcotráfico en Estados Unidos.
«Ya a esta altura [la tendencia] es irreversible», dijo a la AFP el expresidente del Tribunal Nacional Electoral (hoy CNE), Augusto Aguilar. «Es tanta la diferencia, jamás vista en la historia de este país», precisó.
Libre se alió con varios partidos para enfrentar al oficialismo. En estos comicios generales, también la victoria en las alcaldías de la capital, Tegucigalpa, y San Pedro Sula, las dos mayores ciudades del país, aunque aún no hay resultados oficiales.
Al llegar al 51,45% de los escrutinios, el conteo se detuvo. La consejera Rixi Moncada explicó que esto se debe a que las actas que empezaron a llegar son físicas, y no escaneadas como las que ingresaron al inicio, lo que requiere más tiempo.
Masiva y sin violencia –
Aunque se temían hechos de violencia hasta ahora el proceso ha sido pacífico.
«Esta tranquilidad la tenemos por este resultado amplio, pero todavía nos falta mucha madurez democrática», dijo el sociólogo de la Universidad Nacional Eugenio Sosa.
«Es una victoria (…) Estamos alegres porque hemos madurado, no ha habido pleito entre hondureños», dijo Ramón González, de 68 años, en el centro de la ciudad.
Durante la campaña fueron asesinadas al menos 33 personas vinculadas a los comicios, según cifras actualizadas del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional. Esto avivó el temor de incidentes.
En 2017, Hernández fue reelecto pese a denuncias de fraude de la oposición. Protestas reprimidas por el gobierno dejaron una treintena de fallecidos.
Tras los primeros resultados la noche del domingo, el presidente del CNE, Kelvin Aguirre, dijo que nadie «se puede declarar ganador hasta que se procese la última acta».
Pero la holgada diferencia de votos que favorece a Castro llevó a sus electores a celebrar en las calles.
Aguirre habló de una participación «histórica»: 3,2 millones de ciudadanos de los 5 millones habilitados, votaron en unos comicios sin balotaje. Según el CNE, un 68% del electorado.
«Hace décadas que Honduras no tenía una votación que superara el 65%», agregó Sosa.
El oficialismo, que la noche del domingo aún confiaba en revertir el marcador, guarda silencio desde entonces.
La migración –
De confirmar su triunfo, Castro deberá asumir un país golpeado por la violencia de las pandillas, el narcotráfico y dos feroces huracanes que en 2020 arrasaron esta nación donde el 59% de sus 10 millones de habitantes es pobre.
El desempleo pasó de 5,7% en 2019 a 10,9% en 2020, en gran parte debido a la pandemia de coronavirus. Todo ello empuja a miles de sus ciudadanos a tratar de migrar irregularmente a Estados Unidos en busca de trabajo.
«Nuestro compromiso es garantizarle al joven que aquí en su patria va a encontrar lo que necesita para generar oportunidades y un bienestar para su familia. Es una garantía y una promesa que hemos hecho», sostuvo Castro.
La candidata promueve un «socialismo democrático» con una agenda que incluye la legalización del aborto en causales como violación, y está abierta a discutir el matrimonio igualitario.
Ha sido tildada por sus rivales de «comunista». Sin embargo, el líder del gremio empresarial, Juan Carlos Sikaffy, la felicitó y le reiteró su «compromiso para trabajar de forma conjunta en la de reactivación económica».
Atención de Washington –
Las elecciones de Honduras estuvieron bajo la atenta mirada de Washington.
La administración Biden no quiere que una nueva crisis aliente aún más las olas migratorias de Centroamérica, estimó Raúl Pineda, abogado y exdiputado del Partido Nacional.
Otro tema que captó la atención de Estados Unidos fueron los escándalos de corrupción y narcotráfico que salpicaron a Hernández.
Tony, su hermano, cumple cadena perpetua en Estados Unidos por tráfico de drogas. Los narcos que el presidente ayudó a extraditar a ese país y fiscales de Nueva York lo acusaron de estar involucrado en el narcotráfico.