Washington (AFP) – Venezuela está próxima a convertirse en un «narcoestado», afirmó el viernes un alto diplomático responsable de la lucha antinarcóticos de Estados Unidos.
William Brownfield, subsecretario adjunto de la oficina de asuntos internacionales de narcóticos del Departamento de Estado, consideró que «sin duda alguna» el gobierno de Nicolás Maduro está «penetrado» e «influenciado» por el tráfico de drogas.
«Narcoestado para mí quiere decir un Estado cuyo gobierno es formado o dominado por representantes de la industria de la droga ilícita y en este momento Venezuela se acerca a ese punto», dijo en declaraciones en español durante una conferencia de prensa telefónica.
El diplomático defendió las sanciones impuestas por Washington a Caracas, en particular las emitidas contra Maduro y algunos de sus colaboradores, a los que acusa de quebrantar la democracia, propiciar la corrupción o violar derechos humanos.
«Es importante recordarles no solo a los venezolanos, sino (al resto del mundo) qué tipo de personas están en este momento involucrados en el gobierno», dijo.
«Probablemente habrá más sanciones durante los meses que vienen y la verdad es que creo que sería buena idea hacerlo», añadió, al señalar el «hecho irrefutable» de que muchos miembros del gobierno de Maduro están involucrados en actividades de narcotráfico.
Brownfield, que fue embajador en Caracas entre 2004 y 2007, deploró la situación en este país sudamericano, sumido en los últimos años en una grave crisis política y económica.
«La Venezuela de hoy es muy distinta a la Venezuela de hace diez años. Y en casi todos los aspectos de una manera negativa», opinó.
Brownfield subrayó el compromiso de Estados Unidos con el principio de no intervención en los asuntos internos de un Estado, algo que reitera Caracas cada vez que recibe cuestionamientos de Washington.
Sin embargo, el diplomático instó a considerar el «derecho de una comunidad de naciones» de garantizar que un pueblo tiene acceso a alimentación, atención médica, seguridad y respeto de los derechos humanos y políticos.
«Tenemos que ver hasta qué punto un gobierno puede insistir en su derecho de no intervención, en comparación con la obligación de cuidar de su propio pueblo», resumió, advirtiendo que «explosión» en Venezuela tendrá impacto en toda la región.