Caracas (AFP) – El gobierno de Venezuela aseguró este sábado que diez países del Grupo de Lima rectificaron un polémico punto de una declaración en el que tomaron partido por Guyana en una disputa territorial con Venezuela, lo cual calificó como un «triunfo».
«Felicitamos y reconocemos la rectificación que han hecho estos 10 gobiernos sobre el respeto al territorio venezolano», dijo el canciller venezolano, Jorge Arreaza, en rueda de prensa al referirse a Guatemala, Honduras, Chile, Argentina, Colombia, Perú, Brasil, Costa Rica, Panamá y Santa Lucía.
El miércoles, en la víspera de asumir un nuevo mandato de seis años, cuya legitimidad no reconoce ese bloque, Maduro advirtió al Grupo de Lima que tomaría duras medidas diplomáticas si no rectificaba en 48 horas su posición sobre Venezuela.
Arreaza indicó que darán «un compás de espera» hasta el lunes a Canadá y Paraguay -que rompió relaciones con Venezuela apenas Maduro se juramentó- para que «rectifiquen» en el punto sobre la disputa territorial por el Esequibo.
En la declaración publicada el 4 de enero, avalada por 13 de sus 14 miembros -México fue la excepción-, el grupo incluyó un párrafo en el que rechaza «cualquier provocación o despliegue militar que amenace la paz y la región» y pidió a Maduro que desistiera de «acciones que violen los derechos soberanos de sus vecinos».
Se refería a la interceptación el 22 de diciembre de dos buques de exploración sísmica, contratados por la petrolera estadounidense ExxonMobil con permiso del gobierno guyanés, por parte de la Armada venezolana en la región del Esequibo, que se disputan Caracas y Georgetown.
El pasado 9 de enero Venezuela entregó notas de protesta para exigir una rectificación al bloque que, con Estados Unidos a la cabeza, ejerce una fuerte presión diplomática ante lo que considera un gobierno «ilegítimo».
«Este desmarcaje los aleja de la posición que asumió Estados Unidos que alegaba que son aguas territoriales de otro país y no de Venezuela», expresó el canciller.
La declaración de Lima pedía a Maduro no aferrarse a la presidencia y transferir el poder al Parlamento de mayoría opositora, mientras se convocan «elecciones democráticas». El canciller no se refirió a eso este sábado, pero Venezuela ya ha asegurado que es una incitación a un golpe de Estado.