Caracas (AFP) – Venezuela anunció este viernes un «plan especial» contra la escasez de combustible durante la cuarentena por el nuevo coronavirus, que atribuyó al «recrudecimiento» de las sanciones que le impuso Estados Unidos.
«Se ha dispuesto la activación de un plan especial de suministro de combustible dirigido a garantizar la movilidad de los sectores priorizados», como alimentación, salud, seguridad, transporte, entre otros, «en el marco del estado de alarma» declarado por el presidente Nicolás Maduro para «contrarrestar la pandemia», expresó el vicepresidente del área económica, Tareck El Aissami, al leer un comunicado en la televisión estatal.
El Aissami no precisó qué medidas específicas contempla este plan durante la cuarentena. Dijo que es ejecutado porque las sanciones estadounidenses impiden a Venezuela hacerse de insumos imprescindibles para la producción de gasolina, prácticamente regalada en el país por su irrisorio precio.
Kilométricas filas se formaron ante estaciones de gasolina de Caracas en los últimos días.
Un usuario dijo este viernes a la AFP que tras ocho horas de cola, solo le permitieron cargar 20 litros de gasolina. En la espera, su vehículo fue marcado con un número, con betún, por militares.
El gobierno atribuye la crisis a amenazas de «un bloqueo naval» después de que la justicia de Estados Unidos acusara a Maduro de «narcoterrorista» y ofreciera 15 millones de dólares por su captura.
Washington anunció el despliegue de fuerzas navales en el Caribe con el declarado propósito de cortar las rutas del narcotráfico.
«La administración de Donald Trump (…), con este perverso plan de bloqueo naval y el amedrentamiento recurrente que ha venido realizando contra potenciales proveedores del país, está impidiendo el suministro de los aditivos químicos, insumos y repuestos necesarios para el proceso de producción del combustible que es distribuido a nivel nacional», dijo El Aissami.
Las sanciones de la Casa Blanca castigan severamente a la industria petrolera venezolana, que venía en un proceso de franco deterioro que, según especialistas, se debía a falta de inversión y a casos de corrupción.
La estatal PDVSA reportó a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) una producción de 865.000 barriles diarios en febrero pasado. Su oferta, en 2008, era de 3,2 millones.
Durante la cuarentena por COVID-19, la escasez de combustible -crónica desde hace años en vastas regiones del país, especialmente en las fronteras- se disparó en Caracas.
Reportes de prensa ya denunciaban restricciones en la venta, controlada por militares.
Las cotizaciones del crudo, a la vez, se desplomaron por la guerra de precios Rusia-Arabia Saudita y el bajón de demanda por el coronavirus.
El barril promedio de petróleo venezolano se cotizó este viernes en 13,74 dólares frente a los 58,35 en los que era valorado al arrancar el año.