Willemstad (Antillas Holandesas) (AFP) – Opositores venezolanos ondearon banderas y rezaron el avemaría el sábado en el puerto de Curazao, mientras el gobierno de la isla indicó que podría permitir que zarpe un barco con ayuda humanitaria para Venezuela.
Mientras en Venezuela crecía la tensión en los pasos fronterizos con Colombia y Brasil por el paso de la ayuda gestionada por el líder opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por medio centenar de países, un grupo de venezolanos expatriados en la isla caribeña ejercía su pequeña presión al gobierno de Nicolás Maduro.
El cura venezolano Julio González, de 33 años, bendijo la carga cerca de uno de los camiones rojos que transportan la ayuda y lanzó agua bendita a la multitud entusiasmada.
«Vamos a creer en Dios, que abra los caminos… y que destroce al enemigo», dijo antes de liderar un recitado del avemaría y el padrenuestro. «Con amor, todo es posible».
La presentadora venezolana de televisión Maite Delgado, que vive en Aruba, y un niño vestido de El Hombre Araña posaron para fotos sentados sobre el capó de uno de los camiones de carga del que colgaba una bandera amarilla, azul y roja de Venezuela.
El gobierno de Maduro rechaza la entrada a Venezuela de medicinas y alimentos donados por Estados Unidos y otros países al señalar que es una «falsa ayuda» con «comida podrida» para justificar una invasión militar.
La carga de Curazao provino de donantes privados en Florida y forma parte del esfuerzo de la oposición venezolana para que llegue ayuda humanitaria al país, que se ha convertido en una lucha de poder entre Maduro y el autoproclamado presidente interino Guaidó.
– Una ruta indirecta –
Ante el bloqueo del envío por mar por parte del gobierno de Curazao por razones de seguridad, los venezolanos presentaron documentos de carga para certificar que la embarcación se dirigirá primero a la isla de Bonaire.
«Es un barco comercial, así que si dicen que están yendo a Bonaire no los bloquearemos de ninguna forma», señaló la funcionaria de comunicación del gobierno de Curazao, Corinne Leysner, a AFP.
«Si van a Bonaire y luego a Venezuela, no tenemos nada que decir al respecto».
El plan de ingresar a aguas venezolanas planteó el riesgo de una confrontación marítima, ya que Maduro ordenó cerrar la frontera marítima para bloquear la llegada de la ayuda.
Los venezolanos quieren cargar los contenedores con 50 toneladas de alimentos y medicinas en el Seven Seas, un buque con sede en Curazao, bandera de Panamá y capitán venezolano.
El principal organizador de la carga, Miguel Rodríguez, dijo que en Bonaire se sumará otro barco con ayuda y que ambos se dirigirán de allí a Venezuela, acompañados por pequeños botes navegados por simpatizantes.
«No hay tormentas a la vista ni nada», señaló en el puerto, mientras esperaba que se cargara la ayuda en el barco. «La tormenta está ahora en Venezuela. Y debería aclarar pronto».