Caracas (AFP) – Veintisiete militares fueron detenidos tras sublevarse este lunes contra el presidente venezolano, Nicolás Maduro, dos días antes de manifestaciones opositoras que exigirán un gobierno de transición y elecciones.
En la madrugada, ese grupo de efectivos de la Guardia Nacional (GNB) asaltó un puesto militar en Petare (este), sustrajo armas de guerra y se atrincheró luego en el cuartel del barrio Cotiza (norte), donde fueron detenidos, según un informe de la Fuerza Armada.
El número dos del chavismo, Diosdado Cabello, precisó a la prensa que el sargento Alexander Bandres Figueroa dirigió la insurrección y cuenta entre los 27 arrestos, 25 de ellos ocurridos en el cuartel.
Tras la fugaz sublevación, pobladores de Cotiza, Los Mecedores y otros barrios del norte de Caracas, se enfrentaron con piedras, palos y botellazos con antimotines que les lanzaban gases lacrimógenos y balas de goma. Varios manifestantes resultaron heridos, constataron equipos de la AFP.
«Estamos cansados. Esto no da pa’más», dijo a periodistas un joven de 29 años con una bandera venezolana atada al cuello, durante los enfrentamientos.
A la agitación se sumó una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ, de línea oficialista) que declaró nula la junta directiva parlamentaria presidida por el joven opositor Juan Guaidó y reiteró el fallo judicial de 2016 que declaró en desacato al Parlamento y nulas sus decisiones.
Bajo el liderazgo de Guaidó, el Congreso -de mayoría opositora- declaró a Maduro «usurpador» tras juramentarse el 10 de enero para un segundo mandato considerado ilegítimo por varios gobiernos, y prometió una amnistía para los militares que lo desconozcan.
Al final de la tarde, Guaidó dirigió un mensaje a los miembros de la Fuerza Armada difundido en las redes sociales: «No te estamos pidiendo que des un golpe de Estado, que dispares. Todo lo contrario, te estamos pidiendo que defiendas junto a nosotros el derecho del pueblo (…) a ser libre», dijo.
El hecho ocurre antes de las manifestaciones convocadas para el miércoles por la oposición y el gobierno, en lo que será el primer gran pulso en las calles tras las protestas que dejaron unos 125 muertos en 2017.
– «No nos va a temblar el pulso» –
En uno de varios videos que circularon en redes sociales, un uniformado que se identificó como Bandres Figueroa, dijo desconocer a Maduro y pidió apoyo a los venezolanos.
«Aquí está la tropa profesional de la GNB en contra de este régimen al cual desconocemos completamente (…) Pueblo salgan, ustedes querían que la Fuerza armada prendiéramos la mecha, aquí la estamos prendiendo», manifestó, junto a otros hombres armados.
Según la Fuerza Armada, los «asaltantes», que también habían secuestrado a cuatro militares, fueron rápidamente doblegados, sometidos a la justicia y «se les aplicará todo el peso de la ley».
«Durante la detención se logró recuperar armamento robado y en los actuales momentos se encuentran brindando información de interés a los organismos de inteligencia y al sistema de justicia militar», aseguró la declaración.
Cabello advirtió que lo ocurrido «genera decisiones fuertes». «El Estado se va a imponer, venga la violencia de donde venga, de adentro o de afuera, no nos va a temblar el pulso», amenazó.
Los disturbios comenzaron en la mañana, cuando decenas de habitantes de Cotiza se acercaron al cuartel para apoyar a los insurrectos, sonaron cacerolas y trancaron calles quemando basura, un vehículo abandonado y escombros.
– Descontento militar –
Guaidó, quien se ha dicho dispuesto a presidir el gobierno de transición, aseguró que el mensaje del Parlamento está teniendo «eco» en la Fuerza Armada.
Abogando por quebrar el decisivo apoyo militar que tiene Maduro, el Parlamento se comprometió hace una semana a «decretar una ley de amnistía» para «funcionarios civiles o militares» que lo desconozcan y cooperen con el «gobierno de transición».
Maduro denuncia que ello es parte de un «golpe de Estado» en curso, detrás del cual dice que están Washington y varios gobiernos latinoamericanos que sostienen que su reelección en mayo de 2018 fue producto de elecciones ilegítimas.
La Fuerza Armada, integrada por unos 365.000 efectivos y 1,6 millones de milicianos civiles, reafirmó su lealtad «absoluta» a Maduro tras la investidura.
Rocío San Miguel, experta en temas militares y presidenta de la ONG Control Ciudadano, aseguró a AFP que el breve levantamiento «puede ser descrito como una expresión de descontento, que no encontró respuesta en otras unidades militares».
Pese al empeño por mostrarse monolítica, dos generales figuran entre los detenidos por un presunto atentado contra Maduro el 4 de agosto, cuando dos drones cargados de explosivos estallaron cerca de una tarima donde encabezaba un acto militar.
Control Ciudadano calcula que unos 180 efectivos fueron detenidos en 2018 acusados de conspirar, y unos 10.000 miembros de la Fuerza Armada pidieron la baja desde 2015.
En medio de la escasez de alimentos y medicinas, e hiperinflación, unos 4.309 efectivos desertaron de la GNB en 2018, según una lista filtrada desde el organismo y citada por Control Ciudadano.