Asunción (Paraguay).- La lucha contra la deforestación en el Paraguay está tomando impulso gracias al insólito uso de tecnología de vanguardia y datos de satélite, junto con los conocimientos de los especialistas locales en la protección del medio ambiente.
En 2019, la FAO organizó una formación de una semana de duración en Asunción, capital del Paraguay, para 20 expertos locales e internacionales, como Katherin Patricia Insfrán Chena.
El taller se impartió en el marco de la Evaluación global de los bosques por teledetección, un innovador estudio desarrollado por la FAO en colaboración con el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea y financiado por la Norway’s International Climate and Forest Initiative. El obje
tivo de la Evaluación global era incrementar el conocimiento de las tendencias de la superficie forestal y las causas de la deforestación, combinando para ello el conocimiento especializado local con los datos de satélite más recientes.
Para realizar una parte del estudio fue preciso recurrir a instrumentos innovadores como Collect Earth Online, un programa informático de código abierto desarrollado por la FAO en colaboración con Google, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de los Estados Unidos (NASA), el grupo de informática espacial de la Universidad de San Francisco, SilvaCarbon y el Servicio Forestal de los Estados Unidos, que permite visualizar e interpretar imágenes de alta resolución obtenidas por satélite.
Con la ayuda de este programa informático y de otros instrumentos útiles, la FAO y más de 800 expertos locales de 126 países y territorios analizaron 400 000 muestras mundiales de datos de satélite.
Pese a los importantes avances en obtención y análisis de imágenes por satélite, el conocimiento práctico de los usos locales de la tierra sigue siendo crucial para determinar correctamente los cambios utilizando productos de teledetección.
Y es ahí donde destaca verdaderamente el conocimiento profundo de Patricia sobre los paisajes de su país.
Como participante en la Evaluación global, Patricia, que trabajaba en ese momento para el equipo especializado en teledetección del Instituto Forestal Nacional, ayudó a interpretar las muestras del estudio correspondientes al Paraguay, un país históricamente marcado por la deforestación y el cambio de uso de la tierra en relación con las actividades ganaderas y agrícolas.
Para entender mejor estos cambios, Patricia y los demás participantes visitaron parcelas concretas de El Chaco, región compuesta por bosques secos, sabana, formaciones arbustivas, pastizales y humedales que ocupa aproximadamente el 60 % de la superficie del Paraguay. Además, la región constituye un centro de desarrollo económico, basado principalmente en la cría de ganado para producción de carne.
Durante su visita, Patricia y su equipo pusieron al descubierto el impacto de la ganadería vacuna en los bosques y pastizales.
Las peculiaridades de la vegetación y la densidad de árboles, que influyen en la reflexión capturada por las imágenes por satélite, dificultan la interpretación correcta de los datos obtenidos por satélite y la detección de cambios en el uso de la tierra.
Sin embargo, Patricia y otros cinco expertos del Paraguay utilizaron los instrumentos y las metodologías facilitados por la FAO durante el taller para superar estos problemas técnicos.
“Hemos aprendido a utilizar las series cronológicas y los patrones espaciales para analizar los usos de la tierra cuando no se pueden deducir de las imágenes por satélite”, afirmó Patricia.
Decisiones basadas en criterios científicos
Se realizó la Evaluación global de los bosques por teledetección en el contexto más amplio de la Evaluación de los recursos forestales mundiales 2020 (FRA 2020) de la FAO.
Esta nueva Evaluación global de los bosques por teledetección mostró que la expansión agrícola, que incluye las tierras de cultivo y de pastoreo, es causa directa de casi el 90 % de la deforestación mundial, lo que pone de relieve la necesidad de que la ciencia y las redes de expertos contribuyan y den forma a los cambios futuros en la conservación forestal y la utilización de la tierra.
También destacó que se debería poner más énfasis en el apoyo a las prácticas de agricultura sostenible a fin de evitar la deforestación.
El estudio no solo reveló cifras nuevas sobre las causas del cambio de uso de la tierra y la deforestación, sino que también creó capacidad entre los expertos nacionales para analizar visualmente las imágenes de teledetección como parte del seguimiento de los cambios de uso de los bosques y la tierra.
El intercambio de nuevos conocimientos y experiencias por medio de la colaboración internacional y regional brinda a los países la posibilidad fundamental de supervisar la evolución de una situación, lo que permite mejorar a largo plazo la vigilancia forestal nacional y la gestión forestal sostenible.
El estudio, en el que participan especialistas locales y se reconoce la trascendencia de esos conocimientos especializados, ha supuesto un cambio de paradigma real en materia de vigilancia forestal.
El informe nacional de la FRA 2020 pone de relieve el aumento de la velocidad de pérdida neta de bosques del Paraguay entre 1990 y 2020: se perdieron 347 000 hectáreas de bosques al año entre 2010 y 2020, por lo que el Paraguay se ha convertido en el sexto país con más pérdida neta de superficie forestal durante esa década.
Los bosques proporcionan servicios ecosistémicos cruciales, como la conservación de la biodiversidad, la absorción de carbono y la protección del suelo y el agua, además de oportunidades de medios de vida rurales basados en la madera, los productos forestales y el ecoturismo.
Por lo tanto, la vigilancia forestal es crítica para entender la deforestación y sus razones subyacentes. El uso no sostenible de los bosques suele estar vinculado a la pobreza y la agricultura no sostenible.
De hecho, en el Paraguay, la pérdida de bosques y el cambio del uso de la tierra están asociados a actividades de subsistencia, como la extracción de madera y la producción de carbón vegetal, y la producción de cultivos ilícitos.
Si bien las nuevas técnicas y metodologías subsanan algunas deficiencias en la vigilancia del impacto ambiental de dichas actividades, las estrategias de compensación para poblaciones en situación de necesidad son esenciales para reducir la presión a la que están sometidos los bosques.
En reconocimiento de lo anterior, la FAO ayuda a los gobiernos a abordar estas realidades a fin de satisfacer las necesidades de las comunidades locales y, al mismo tiempo, proteger los bosques nacionales.
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