Hace cuatros años y medio, un grupo de madres de jóvenes autistas se acercó a Ernesto Merlán para pedirle asesoría en oportunidades de animación y efectos especiales para sus hijos.
Merlán comenzó a ayudarles con 10 horas a la semana que luego se extendieron a 20 y 30 horas. Al cabo de seis meses cerró su estudio de animación y se dedicó por completo a ellos. Fue asi como nació Exceptional Minds, una escuela que se dedica a educar jóvenes autistas en el campo de la animación y los efectos especiales.
“Eran padres interesados en ayudar a sus hijos que buscaban una solución y vinieron a mi a pedirme cómo hacerlo”, dijo Merlán, actual director del programa.
Merlán señala que nunca había trabajado con autistas ni tampoco tenía experiencia para formar una escuela, por lo que se reunió con profesionales que lo asesoraran sobre ese trastorno.
Aprendió que pueden tener limitaciones pero se ha encargado de enseñarles que ellos pueden lograr lo que quieran con tal que tengan las ganas de hacerlo. El lema de la escuela es enfocarse en reconocer sus logros.
Una escuela para mentes excepcionales
El programa que ofrece Exceptional Minds es de tres años y acepta 10 estudiantes en la clase pero también ofrece clases particulares y un programa de verano.
Para la elaboración del currículo, Merlán se basó en los trabajos que los jóvenes podían hacer y que los estaban enviando fuera del país por razones de costo. Algunos de esos proyectos eran la colocación de los créditos al final de la pelicula o rotoscoping (en donde se borran elementos de una escena o se cambian los colores de determinado objeto).
Merlán destaca que durante el primer año los estudiantes reciben clases de photoshop y flash “para que aprendan los principios de animación y del diseño”.
En el segundo año se enfocan en la edición y composición (combinación) de imágenes, mientras que en el tercer año reciben entrenamiento sobre los últimos programas que han salido a la industria y que se utilizan en animación y efectos especiales.
Además de las clases, han creado un estudio donde trabajan los estudiantes que han salido de las dos promociones que se han graduado hasta ahora. Solo algunos de ellos han ido a trabajar directamente en los estudios.
Los estudios les envían proyectos de efectos especiales a los jóvenes y ellos los llevan a cabo en la sede de la escuela. Han colaborado en la producción de películas como American Hustler y las series de Marvel, incluyendo Capitan America.
“Empezamos a hacer todos esos trabajos y lo hicimos tan bien que nos mandan mucho más porque les ha gustado cómo lo hacemos”, dijo Merlán.
Pero también se dedican a la animación. En un proyecto conjunto con Plaza Sésamo (Sesame Street) elaboraron su propio corto animado, la Historia de Benny (Benny’s Story), para crear conciencia sobre el autismo y enseñar que son personas iguales a los demás. Este corto fue nominado recientemente para un premio Emmy.
Entrenamiento para la vida profesional
Además de introducirlos al mundo de la animación digital, el programa también se enfoca en enseñarles destrezas que les permitan llevar a cabo su trabajo con éxito y desenvolverse en un ambiente de trabajo.
Les explican sobre la importancia de la apariencia. el comportamiento en el lugar de trabajo y su trato con otras personas, la planificación del tiempo para la realización de un proyecto, la resolución de problemas con respecto a un proyecto específico y en relación con el entorno de trabajo.
“Les hablamos sobre esos puntos una vez a la semana pero lo practicamos todos los días”, dijo Merlán. “Los recompensamos cuando vemos que están haciendo bien las cosas. No nos enfocamos en castigar por lo que hicieron mal sino en motivarlos”.
Ingreso a la escuela
Para ingresar, le ofrecen al aspirante y su familia un recorrido por el instituto.
“Les da la oportunidad de conocer la escuela y a nosotros, de conocerlos a ellos”, dijo Beltrán.
Sin embargo, Merlán destaca que el entrenamiento es adecuado para jóvenes autistas que se encuentran en el espectro medio y alto. Una vez que se deciden, se inscriben en un programa de medio tiempo, que les permite asistir a las clases de verano o a clases privadas.
“Eso nos ayuda a determinar si pueden participar en el full-time y les decimos que apliquen”, dijo Merlán, añadiendo que también el joven pasa por un examen en donde observan su comportamiento y en donde deben traer muestras de sus trabajos que determinen su talento.
Cuando aprueban el examen, lo añaden a la lista de espera. Actualmente hay 30 estudiantes en esa lista para ingresar a una clase, de los cuales solo aceptan 10. Las familias pagan una matrícula anual de 20 mil dólares.
Planes para el futuro
A largo plazo, Exceptional Minds desea abrir otra escuela en la costa este para ofrecer oportunidades a otros jóvenes en esa parte del país.
Sin embargo, su meta es que otras organizaciones aprendan de su modelo y establezcan escuelas en donde entrenar jóvenes autistas para que puedan cubrir las necesidades de su comunidad. Para ello, destacó Merlán, formarían una rama de esa organización para enseñar a otros el modelo de la escuela.
“Queremos ayudar a organizaciones o a otras familias a que ellos formen sus propias escuelas y se conviertan en líderes”, dijo Merlán. “Queremos enseñarles a las personas, de todo el mundo, las cosas básicas que hacemos aquí”.
Excepcional Minds es una organización sin fines de lucro que depende de donaciones para ofrecer becas completas a los estudiantes de bajos recursos, pagar los salarios de los instructores y otros gastos de funcionamiento.