Caracas (AFP) – Con una caravana para pedir el apoyo del episcopado venezolano, decenas de enfermeras, médicos y trabajadores de la salud arribaron este miércoles a un mes de huelga intermitente en reclamo de mejoras salariales.
«Solicitamos a la Iglesia que apoye de forma activa esta lucha por nuestros derechos y los de los pacientes que sufren en los centros hospitalarios», dijo Moraima Hernández, médico de la maternidad Concepción Palacios de Caracas, al leer un documento entregado a los obispos.
La protesta, iniciada por las enfermeras, exige al gobierno de Nicolás Maduro mejores salarios y condiciones de trabajo, en momentos en que el país petrolero atraviesa una aguda crisis, con una hiperinflación que podría llegar a 1.000.000% este año, según el FMI.
La figura de un pez gigante con grandes dientes -representando a la inflación- se come a la palabra «sueldo» en una de las pancartas que una mujer llevó a la manifestación, fuertemente custodiada por la policía.
Varios trabajadores de hospitales aseguraron ganar el ingreso mínimo -1,5 dólares mensuales a la tasa del mercado negro-, que apena alcanza para comprar un kilo de pollo o dos rollos de papel higiénico.
«Cumplimos un mes de paro por remuneraciones para el sector salud y el personal, y por insumos para nuestro hospital», dijo a la AFP la enfermera Delia Lejos, quien se unió a la caravana con un cartón de huevos sobre la cabeza y el empaque de una crema dental en el hombro, productos que no puede comprar.
«No tengo pasta de diente, tengo que cepillarme con sal (…). Tengo que trabajar de estilista, sacando cejas, para poder ganar un sustento extra ya que el sueldo del hospital a mí no me alcanza», comentó la enfermera Adriana Ladera.
Los venezolanos enfrentan además una severa escasez de alimentos, medicinas y otros productos básicos. Sólo en Caracas emigraron 3.000 enfermeros de hospitales públicos en 2017, según el gremio que los agrupa.
La escasez de medicamentos, según la Federación Farmacéutica, llega a 85% y es prácticamente total en los requeridos para tratar males crónicos como cáncer o VIH.
A la falta de medicinas se suma el deterioro de los hospitales, con escasez de insumos de 90%, de acuerdo con la Federación Médica.
El padre Saúl Ron, vicario de la comisión de justicia y paz de la Conferencia Episcopal, recibió el documento de los manifestantes y les prometió el apoyo de la Iglesia, fuerte crítica del gobierno.
La Iglesia «reafirma su voluntad de escucharlos y asistir a los hospitales, para constatar la situación de vulneración constante de derechos humanos», dijo el sacerdote.
Maduro, que culpa por la situación a las sanciones financieras que Estados Unidos impuso a Venezuela, aprobó la semana pasada 311 millones de euros para adquirir «insumos médico-quirúrgicos y medicamentos de alto costo».