Caracas (AFP) – Reconocido como presidente encargado de Venezuela por medio centenar de países, el líder opositor Juan Guaidó busca revitalizar su ofensiva contra el gobierno de Nicolás Maduro, pero tiene escaso margen de maniobra con inminentes elecciones legislativas y pérdida de poder de convocatoria a protestas.
«Hago ‘mea culpa’ por no haber hecho suficiente (…), pero hemos hecho todo lo que ha estado a nuestro alcance», dijo Guaidó, reconociendo el fracaso de sus intentos por desplazar del poder a Maduro desde que el 23 de enero de 2019, desde el cargo de jefe de la unicameral Asamblea Nacional, reclamó la presidencia interina.
El opositor comenzó 2020 siendo ratificado por 100 congresistas como líder legislativo con renovado apoyo de sus aliados internacionales, encabezados por Estados Unidos.
Ello pese a la proclamación con apoyo chavista de un legislador rival.
¿Y ahora qué?
– Relanzar protestas –
Hace un año, Guaidó reunió a decenas de miles de manifestantes en las calles. El sábado pasado, en la última concentración que encabezó en Caracas, congregó a unas 500 personas.
«Solos no podemos», dijo pidiendo respaldo.
«Se le dio todo el apoyo que se le pudo dar y a decir verdad no ha estado a la altura de nuestras expectativas», comentó a la AFP Cristian Gámez, joven médico de 30 años, decepcionado por la resistencia de Maduro.
Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), cree que los venezolanos «están dispuestos» a movilizarse, con un aumento de las protestas sociales pese al retroceso de las manifestaciones políticas, pero piden «tener muy claro el objetivo».
Las últimas convocatorias, comenta a la AFP Alarcón, «no están generando expectativas sobre su utilidad». Conectar «lo social» y «lo político» es el desafío, agregó.
La popularidad de Guaidó cayó de 63% en enero a 38,9% en diciembre, según la encuestadora Datanálisis, pero se mantiene como el político con mayor aceptación.
– Elecciones por nuevo Parlamento –
El oficialismo alista nuevas elecciones legislativas, que corresponden este año en fecha por confirmar. La oposición, que boicoteó las elecciones presidenciales de 2018 al denunciar fraude, no ha decidido si participará.
Es «el mayor dilema» de los adversarios de Maduro, considera Alarcón, pues hay riesgos de fracturas y, con ello, de una alta abstención.
«Si la oposición decide no ir, sería un error; pero lo peor que le puede pasar es ir y perder (…) por divisiones y por no poder movilizar a sus votantes», apunta el analista.
Guaidó insiste en comicios presidenciales sin Maduro, declarado «usurpador» por la mayoría opositora legislativa, que le acusa de fraude en las elecciones de 2018.
La oposición ganó las legislativas de diciembre de 2015 y consiguió 112 de los 167 curules del Parlamento.
«Vamos a recuperar la Asamblea Nacional», vaticina Maduro. El director de Datanálisis, Luis Vicente León, considera «inevitable» el llamado a parlamentarias y «altamente improbable» que haya presidenciales.
– Negociación –
Estados Unidos, que impuso sanciones financieras a Venezuela y su estatal petrolera PDVSA para presionar a Maduro, pidió la semana pasada una «rápida transición negociada» como vía para elecciones «libres y justas» que renueven poderes, incluyendo la presidencia.
Maduro reconoció como presidente del Parlamento a Luis Parra, diputado que, acusado de corrupción, rompió en diciembre pasado con Guaidó, a quien Washington y otros aliados internacionales reiteraron su apoyo.
Guaidó descarta volver a negociar, tras conversaciones con mediación de Noruega que naufragaron el año pasado entre denuncias mutuas de incumplimientos.
«No es que no queramos una negociación. Es que la vemos inverosímil (…), una y otra vez se han burlado de nosotros», zanjó el líder opositor el sábado.
– Más sanciones –
León prevé que las sanciones estadounidenses, que incluyen desde abril pasado un embargo a la producción petrolera, tenderán a «incrementarse».
El Departamento del Tesoro anunció este lunes medidas contra Parra y seis legisladores que le apoyan, acusándolos de «corruptos» y de «bloquear el proceso democrático».
Maduro responsabiliza a las sanciones estadounidenses del colapso económico de Venezuela. El mandatario sostiene que le han costado al país caribeño unos 30.000 millones de dólares.
La presión internacional, sin embargo, no garantiza cambios políticos, como ha sucedido con el embargo mantenido por décadas contra Cuba. «Depende de nosotros», apuntó Guaidó.
Alarcón considera que la ratificación como jefe del Parlamento lo «reoxigenó», pero que debe tomar rápidas decisiones, pues ese efecto es de «muy corto plazo».