México (AFP) – La banda irlandesa U2 iniciará el martes en México el tramo latinoamericano de su gira conmemorativa «The Joshua Tree», espectáculo con el que se reanudarán los grandes conciertos en la capital mexicana, tras el terremoto de 7.1 que azotó al país el 19 de septiembre.
A casi 15 días del potente sismo que deja más de 300 fallecidos, la mayoría en Ciudad de México, los shows al aire libre regresarán con el par de presentaciones que el grupo tiene programados esta semana en el Foro Sol, localizado en la zona oeste de la capital.
La banda se presentará este martes y miércoles y se espera reúna a unas 120.000 personas, de acuerdo con la promotora Ocesa.
México será la primera parada de la agrupación que integran el vocalista Bono, el guitarrista The Edge, el bajista Adam Clayton y el baterista Larry Mullen Jr. La gira seguirá por Colombia, Argentina, Chile y Brasil.
El Foro Sol, que antes se llamaba Autódromo Hermanos Rodríguez, es, junto con el Estadio Azteca, el escenario que mayor número de personas alberga en eventos masivos en la capital mexicana, con una capacidad de hasta 70.000 personas.
Ahí se instaló la monumental pantalla LED, en la que se proyectarán un conjunto de imágenes del artista visual Anton Corbijn que conmemoran el 30 aniversario del álbum del cuarteto dublinés. La gira inició el 12 de mayo pasado, en Vancouver, Canadá.
Los sismos también se han sentido durante conciertos en Ciudad de México, tal como sucedió el 21 de abril de 2013, cuando unas 58.000 personas que presenciaban un show del grupo británico The Cure en el Foro Sol, fueron sorprendidas por un movimiento telúrico de magnitud 5.8.
Con epicentro en el estado de Michoacán (oeste), el sismo no causó daños graves y el concierto siguió su curso desatando bromas entre los asistentes, quienes comentaban que la energía entre The Cure y México era tan grande que «hasta removía la tierra».
En abril de 2007, otro temblor de magnitud 6.3 sacudió a Ciudad de México sorprendiendo a los asistentes de un concierto del trío británico Muse, en el Palacio de los Deportes. Aquella ocasión tampoco hubo heridos ni daños materiales, y el público pensó que el movimiento se debía a los saltos que daban entre canción y canción.