Ankara (Turquía).- Una evaluación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) prevé un aumento de la pobreza, la informalidad y el trabajo infantil en Turquía y Siria tras los terremotos que golpearon a esos dos países en febrero pasado.
Según la evaluación de la OIT, más de 658.000 trabajadores carecen de empleo tras los terremotos y el gobierno señala que más de 150.000 lugares de trabajo están inutilizables.
Esto podría haber reducido los ingresos laborales en unos 150 millones de dólares al mes en las zonas afectadas, señala la OIT.
En las provincias del sudeste de Turquía, afectadas por los terremotos, la mayoría de los residentes trabajan en la agricultura, la industria manufacturera, el comercio u otros servicios de bajo valor añadido, de acuerdo con la OIT.
La evaluación de la OIT sobre Turquía tambien advierte del aumento de los riesgos para la seguridad y la salud en el trabajo, así como del trabajo infantil.
En Siria, por otra parte, la guerra civil que se ha extendido por 12 años ya había afectado a la economía y al mercado laboral antes de los terremotos. Tras los sismos, alrededor de 170.000 trabajadores han perdido su empleo y unas 35.000 microempresas y pequeñas y medianas empresas (PYME) resultaron afectadas.
En base a la evaluación, la OIT resalta la necesidad de ayuda para reconstruir su economía. Esta asistencia, incluye, entre otros aspectos:
- Turquía: proporcionar programas empresariales de emergencia basados en la mano de obra, centrados en los trabajadores agrícolas estacionales, los niños trabajadores y los refugiados.
- Siria: brindar apoyo a los trabajadores y empresas afectados, además de mejorar las prácticas de seguridad y salud en el trabajo.
“Promover el empleo es fundamental para dar una respuesta eficaz e inclusiva a este desastre», dijo el Director General de la OIT, Gilbert F. Houngbo.
“Las personas sólo pueden empezar a reconstruir sus vidas si han reconstruido sus medios de subsistencia. Se lo debemos a quienes han perdido tanto en el terremoto para garantizar que los principios de justicia social y trabajo decente estén firmemente arraigados en el proceso de recuperación y reconstrucción”.
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