Washington (AFP) – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, saludó el lunes la renuncia del presidente de Bolivia, Evo Morales, como «una fuerte señal» a los gobiernos «ilegítimos» de Venezuela y Nicaragua, y elogió el papel de los militares bolivianos.
Morales, en el cargo desde 2006, dimitió el domingo luego de que, tras cuestionadas elecciones en las que buscaba perpetuarse en el poder, las fuerzas de seguridad se sumaron a los opositores que exigían su salida. El mandatario denuncia un golpe de Estado.
«Estados Unidos aplaude al pueblo boliviano por exigir libertad y a los militares bolivianos por acatar su juramento de proteger no solo a una persona, sino a la Constitución de Bolivia», dijo Trump en una declaración.
«Estos eventos envían una fuerte señal a los regímenes ilegítimos en Venezuela y Nicaragua de que la democracia y la voluntad del pueblo siempre prevalecerán», añadió, en alusión a otras dos naciones de gobiernos izquierdistas cercanos a Morales, que Washington considera «tiranías».
Trump dijo que la renuncia de Morales, que buscaba un cuarto mandato luego de lograr una habilitación especial a una prohibición constitucional y tras perder un referendo en 2016 que rechazó su reelección, marca un «momento significativo para la democracia en el hemisferio occidental».
«Después de casi 14 años y su reciente intento de desautorizar la Constitución boliviana y la voluntad del pueblo, la partida de Morales preserva la democracia y allana el camino para que el pueblo boliviano haga oír su voz», señaló Trump.
Morales, declarado ganador de los comicios del 20 de octubre a pesar de las denuncias de fraude de la oposición, renunció tras perder el apoyo de policías y militares y tras conocerse una auditoría de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que señalaba «irregularidades» en la votación que según los expertos ameritaban un nuevo proceso electoral.
– «Narrativa falsa» –
Un funcionario de la diplomacia estadounidense rechazó las acusaciones de que los militares bolivianos dieron un golpe de Estado, calificándolo de «narrativa falsa».
«Seguramente han visto declaraciones de Morales y sus partidarios que lo llaman víctima de un golpe de Estado, a pesar de que todos estos eventos muestran claramente que el pueblo boliviano simplemente ha tenido suficiente de un gobierno que ignora la voluntad de sus votantes», dijo el funcionario del Departamento de Estado a periodistas.
No obstante, expresó su esperanza de que la transición sea liderada por civiles y dijo que Estados Unidos no tenía favoritos.
El funcionario, que habló bajo condición de anonimato, dijo que los legisladores bolivianos deberían aceptar formalmente la renuncia de Morales y convocar nuevas elecciones.
«Hacemos un llamado a la Asamblea Nacional para que se reúna, logre el quórum requerido y determine una transición constitucional a nuevas elecciones lo antes posible», dijo.
– Relaciones con Estados Unidos –
Una designación formal de golpe de Estado requeriría que Estados Unidos cancelara fondos de ayuda.
Según datos oficiales estadounidenses, la asistencia a Bolivia empezó a disminuir en 2007 y cesó en 2013, cuando Morales expulsó a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Sin embargo, algunos grupos de la sociedad civil en Bolivia siguen recibiendo algunos fondos regionales y globales de Estados Unidos.
Las relaciones entre Washington y La Paz se deterioraron desde la llegada al poder de Morales, en particular por su defensa de los cocaleros indígenas. Aunque mantienen vínculos diplomáticos y consulares, ambos países no han intercambiado embajadores desde que Morales expulsó al embajador estadounidense en 2008.