Washington (AFP) – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se dirigirá a la nación el lunes después de los dos tiroteos perpetrados el fin de semana que dejaron tras de sí 29 muertos y una ola de críticas contra el mandatario por alimentar las tensiones del país con su retórica incendiaria.
La hora de la locución del presidente será a las 10H00 locales (14H00 GMT), según adelantó la Casa Blanca.
Un hombre blanco de 21 años mató a 20 personas e hirió a 26 más cuando abrió fuego el sábado por la mañana en un centro comercial el sábado por la mañana en El Paso (Texas), ciudad de mayoría hispana situada en la frontera con México.
Trece horas después de este ataque, en Dayton (Ohio, en el nordeste del país), un hombre blanco de 24 años asesinó a nueve personas, incluida su propia hermana, y dejó heridas a 27. La policía abatió al atacante menos de un minuto después de que abriera fuego.
Trump dijo el domingo que «no hay lugar para el odio» en Estados Unidos, y añadió: «Tenemos que hacer que se detenga. Esto ha estado ocurriendo durante años», en referencia a los tiroteos masivos, una lacra que regularmente sacude el país.
«Ya hemos hecho mucho, pero quizás tengamos que hacer más», reconoció el mandatario antes de decir que las dos masacres revelan «un problema de enfermedad mental», un argumento que regularmente esgrimen los republicanos para contrarrestar las voces que exigen una regulación más estricta del mercado de armas de fuego.
Con estos dos ataques del fin de semana, en lo que va de año Estados Unidos ha sido escenario de 251 tiroteos masivos, según la ONG Gun Violence Archive, que los cataloga de esta forma cuando al menos dejan cuatro víctimas, ya sean heridos o muertos.
Este fin de semana negro llega después de una semana marcada por dos ataque con armas de fuego en los que murieron cinco personas; tres el domingo anterior en una feria gastronómica en California y dos en un local de Walmart en Misisipi.
– Sospecha de racismo –
Las autoridades sospechan que el tirador de El Paso actuó por motivaciones racistas y su caso se investiga como «terrorismo doméstico», anunció la justicia federal.
Identificado por los medio locales como Patrick Crusius, el sospechoso se enfrenta a la pena de muerte, según la policía local.
Las autoridades creen Crusius redactó un manifesto contra los hispanos antes de su ataque. En el texto también se ensalza el asesinato en marzo de 51 personas en dos mezquitas de Nueva Zelanda.
Siete de las 20 personas asesinadas en este ataque son mexicanas, dijo el domingo el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, quien tiene previsto visitar el lunes a El Paso.
Crusius alcanzó a la mayoría de víctimas en el interior del supermercado Walmart y otros en el aparcamiento, precisó el jefe de la policía local, Robert Gomez.
Los opositores demócratas acusaron a Trump de dar alas al crecimiento de la intolerancia con sus ataques contra minorías.
Señor presidente, detenga su retórica racista, odiosa y antiinmigrante», tuiteó Bernie Sanders, uno de los favoritos para ser el candidato demócrata en las presidenciales de 2020. «Su lenguaje crea un clima que alienta a los extremistas violentos», agregó.
Trump «atiza no solo la retórica racista, sino también la violencia que le sigue», agregó otro precandidato demócrata, Beto O’Rourke, nacido en El Paso.
La hija mayor del presidente, Ivanka Trump, trató de calmar las aguas: «La supremacía blanca, como cualquier otra forma de terrorismo, es una plaga que debe ser destruida». El alcalde republicano de El Paso, Dee Margo, dijo en Fox News que el tirador estaba «molesto».
– 30 segundos –
La policía de Ohio detuvo lo que podría haber sido una masacre mucho mayor. 30 segundos después de que Connor Betts abriese fuego contra la multitud, los agentes que patrullaban la zona lo abatieron.
«Si no hubieran estado allí (…) podríamos haber tenido cientos de muertos y heridos», dijo Nan Whaley, alcalde de la ciudad.
Armado con un fusil de asalto y protegido con un chaleco antibalas, Betts necesitó menos de un minuto para matar a nueve personas y herir a 27.
tres blancos de entre 22 y 57 años, entre ellos su hermana, precisó la policía. El atacante llegó con ella al lugar de la masacre en el mismo vehículo, y los investigadores interrogaron a otro conocido que iba en el auto con ambos.
El jefe de la policía local, Richard Biehl, se negó a especular sobre los motivos del ataque: «No tenemos suficiente información en este momento para responder la pregunta que todos hacen: ¿por qué?»