Washington, 6 abr (EFE).- El presidente Donald Trump recibió hoy a su homólogo chino, Xi Jinping, en su residencia y club privado de Mar-a-Lago (Florida) para dar inicio a su primera cumbre, marcada por el contencioso nuclear de Corea del Norte y el comercio.
Trump y la primera dama, Melania, dieron la bienvenida a Xi y su esposa, Peng Liyuan, en la mansión de West Palm Beach, adonde la pareja china llegó en una limusina negra entre un pasillo de militares.
Xi había aterrizado en el aeropuerto Internacional de Palm Beach a las 13.40 hora local (17.40 GMT), donde él y su esposa fueron recibidos al pie de la escalinata de un avión de Air China por el secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson.
Aproximadamente una hora después, llegó Trump a bordo del famoso avión presidencial Air Force One, de donde descendió en compañía de la primera dama.
Las actividades de los líderes de las dos mayores economías del mundo, que durarán unas 24 horas, comenzaron hoy por la tarde, con la degustación de un té para conocer a sus equipos previo a una cena en honor del mandatario chino.
«Es un gran honor tener al presidente de China y a su increíblemente talentosa esposa, una gran, gran celebridad en China, una gran cantante. Es un honor teneros en Estados Unidos», dijo Trump minutos antes de dicha cena.
El mandatario explicó brevemente a los periodistas que lo acompañan que durante las primeras horas del encuentro ambos presidentes tuvieron ya «una larga discusión».
«Hasta ahora, no he conseguido nada. Absolutamente nada. Pero hemos desarrollado una amistad. Puedo ver eso. Creo que, a largo plazo, vamos a tener una relación muy, muy grande y lo espero mucho», agregó Trump, sin dar más detalles.
La parte formal de la cita se desarrollará este viernes, con una serie de reuniones que concluirán con un almuerzo de trabajo y de las que se informará a través de comunicados.
Antes de partir hacia su club privado, Trump afirmó hoy en Washington que «nadie sabe realmente» qué puede salir de la cumbre con Xi, que se celebra entre fuertes medidas de seguridad.
Sin embargo, el magnate volvió a denunciar que China no ha sido «justa» con EE.UU. en el plano comercial y que Corea del Norte supone «un problema muy grande».
«No nos han tratado de forma justa en lo relativo al comercio durante muchos, muchos años.
ingún presidente se ha hecho cargo de eso como deberían haberlo hecho, y tenemos un gran problema con Corea del Norte, así que veremos qué ocurre», añadió Trump en una breve entrevista con la cadena conservadora Fox.
Preguntado por si su objetivo es conseguir que China presione más a Corea del Norte, el presidente se limitó a indicar que ya «se verá lo que ocurre», que él planteará su «argumento» a Xi y que cree que le irá «muy bien».
Trump afirmó este domingo al diario The Financial Times que está «totalmente» dispuesto a actuar unilateralmente ante las amenazas de Pyongyang, al asegurar que «si China no va a resolver (el problema de) Corea del Norte, nosotros lo haremos».
Por tanto, el mandatario republicano advertirá a Xi que «se ha agotado el tiempo» para la paciencia en las gestiones diplomáticas, y Washington tiene ahora «todas las opciones sobre la mesa», según adelantó este martes un funcionario de la Casa Blanca, quien pidió el anonimato.
En concreto, Trump presionará para que China «implemente estrictamente las sanciones y resoluciones de la ONU» contra Corea del Norte, dado que alrededor del «90 %» del comercio exterior de Pyongyang se produce con Pekín, según la misma fuente.
A ese respecto, Tillerson utilizó hoy un lenguaje más suave y afirmó que EE.UU. espera que China «encuentre vías para ejercer influencia sobre las acciones de Corea del Norte para desmantelar sus armas nucleares y sus programas de tecnología de misiles».
Se espera que el comercio sea el otro gran tema de la cumbre, donde Trump insistirá en su denuncia de la falta de equilibrio en la balanza comercial entre Estados Unidos y China, uno de sus grandes temas de la campaña electoral del año pasado.
No obstante, la Casa Blanca no ha aclarado si el líder estadounidense ejercerá algún tipo de presión sobre Xi para que detenga la manipulación de divisas, y Trump ha preferido dejar fuera de esta reunión su amenaza de imponer mayores aranceles a China.
Ambos líderes abordarán también el asunto de los «derechos humanos» en China, según adelantó hoy el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, sin dar más detalles.
Por parte del presidente chino, se espera que siga presionando contra el despliegue del sistema antimisiles estadounidense THAAD en suelo surcoreano, que considera una amenaza a sus puertas.
También se prevé que Xi insista en su soberanía en el Mar de China Meridional, donde ambas potencias protagonizan un choque de poderes.
EE.UU. no parece dispuesto a ceder en esas dos áreas, según han dejado entrever esta semana funcionarios estadounidenses.