Buenos Aires (AFP) – El presidente Donald Trump impone su ritmo al G20 que se inicia este viernes en Buenos Aires, marcado por la «guerra comercial» entre China y Estados Unidos, y una convocatoria de organizaciones sociales para manifestarse masivamente en la capital argentina.
Al menos, horas antes del inicio oficial de la cumbre que culmina el sábado, Estados Unidos, México y Canadá firmaron el nuevo TLCAN o NAFTA, tras meses de tensión e idas y venidas.
Bautizado como T-MEC por los mexicanos, el pacto reemplaza al que regía el comercio entre estos tres países desde 1994 y que fue derribado por Trump.
Pero aún debe ser aprobado por el Congreso estadounidense. En enero próximo la Cámara de Representantes pasará a manos de la oposición demócrata, mientras que los republicanos conservarán la mayoría en el Senado.
Anunciado el 1 de octubre tras una compleja negociación que se prolongó por más de un año, el acuerdo es clave para México, que envía alrededor de un 80% de sus exportaciones a Estados Unidos.
– «Un disparate» –
Para el presidente argentino Mauricio Macri el G20 será una oportunidad de mostrarle al mundo la mejor cara de su país, con la esperanza de seducir a los inversores para que el dinero fluya a la debilitada economía argentina.
Pero las calles -blindadas por 24.000 efectivos de seguridad y con zonas vedadas a la circulación- pueden reservarle una sorpresa.
Decenas de organizaciones sociales que rechazan al G20 y en particular al Fondo Monetario Internacional, con el que el gobierno de Macri firmó un acuerdo de 56.000 millones de dólares para estabilizar el mercado cambiario, se preparan para movilizarse.
El centro de Buenos Aires, en los alrededores de la Casa Rosada (sede de gobierno), una zona de mucha actividad por concentrar oficinas y comercios, está cerrado al tránsito vehicular con vallados custodiados por policías. Solo circulan unos pocos peatones que van a trabajar, aunque hoy fue decretado feriado para limitar los desplazamientos.
«La cumbre me parece un disparate. Estamos mal ¿y tenemos que poner un montón de dinero para esto?», comenta Agustina Vianello, de 25 años, al acudir a su trabajo en un call center.
– Trump-Xi –
La reunión del sábado entre Trump y su homólogo chino Xi Jinping, aún sin horario previsto, será el punto cúlmine del primer G20 en América del Sur.
Gobiernos, mercados y empresas estarán pendientes de los resultados de este encuentro.
Pero ya Trump se mostró reticente a un acuerdo.
«Creo que estamos muy cerca de hacer algo con China pero no sé si quiero hacerlo», dijo Trump antes de iniciar su viaje a Argentina.
Al exigir que Pekín ponga fin a prácticas comerciales, Trump impuso aranceles que alcanzaron 300.000 millones de dólares, incluyendo 250.000 millones de dólares sobre productos chinos, y afectaron a importaciones de acero y aluminio de otros países.
Y China no tardó en reaccionar con medidas recíprocas, lo que ha avivado la «guerra comercial» que los analistas temen pueda golpear la economía mundial.
Los anuncios contribuyeron a una caída de 7% promedio de las acciones en Estados Unidos y en la zona euro, y de 12% en el caso específico de la industria automotriz y del acero, según un estudio del Banco Central Europeo (BCE).
La próxima batería de aumentos está prevista para el primero de enero, cuando los aranceles de Estados Unidos a importaciones chinas por unos 200.000 millones de dólares podrían subir de 10% a 25% si los dos gigantes no llegan a un acuerdo.
– No a Putin –
Antes de dejar Washington, el presidente Trump canceló su cita en Argentina con su par ruso, Vladimir Putin.
La decisión del mandatario se produjo tras el agravamiento del conflicto entre Rusia y Ucrania, luego de que guardacostas rusos tomaran el control de tres buques de la Marina ucraniana en el mar Negro, cerca de la península ucraniana de Crimea, anexionada por Rusia en 2014, disparando contra ellos y dejando tres heridos entre los tripulantes.
La anulación del esperado encuentro ocurre en medio de la controversia en Estados Unidos por nuevas revelaciones en la investigación sobre una presunta injerencia de Rusia en la campaña presidencial estadounidense de 2016.
Desde Buenos Aires, el presidente estadounidense reiteró su inocencia en relación a un acuerdo inmobiliario con Moscú que ha formado parte de la investigación.
«Oh, lo entiendo! Soy un muy buen emprendedor, viviendo felizmente mi vida, cuando veo que nuestro país va en la dirección equivocada (por decirlo en forma suave)», tuiteó el mandatario.
La polémica está al rojo vivo luego de que su exabogado Michael Cohen se declarara culpable de mentir al Congreso sobre ese negocio de bienes raíces para limitar la pesquisa sobre la injerencia rusa en la campaña electoral.
Trump deberá también medir fuerzas con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien pretende incluir en los primeros puntos de la agenda del G20 el calentamiento global, antes de la conferencia climática COP24 del 2 de diciembre en Polonia.
Pero Trump, quien no se cansa de poner en duda el cambio climático, retiró a su país de los acuerdos ambientales de París en junio de 2017, poco después de llegar a la Casa Blanca.