La Habana (AFP) – Las expectativas de deshielo entre Cuba y Estados Unidos se congelaron con el endurecimiento de la política de Donald Trump hacia la isla, que vuelve a mirar a sus amigos del este.
El presidente cubano Miguel Díaz-Canel inicia una gira por Rusia, China y países asiáticos, que incluirá una escala en París a la ida y en otra capital eurooccidental a la vuelta. Europa es hoy el primer socio comercial de la isla.
«La escala en Europa es una excelente iniciativa del gobierno francés para consolidar lo que ya se había avanzado con la visita del anterior presidente a Cuba (François Hollande, mayo de 2015)», dijo a la AFP el politólogo cubano Carlos Alzugaray.
«Es muy interesante este contacto de (Emmanuel) Macron con el presidente cubano. Creo que son hombres jóvenes, pueden entenderse. Puede ayudar a Cuba esta apertura», agregó.
El primer ministro francés, Edouard Philippe, tiene un almuerzo previsto con el mandatario cubano, según su agenda oficial conocida por la AFP.
– La historia se repite –
La gira comienza el viernes 1 en Moscú, e incluye China, Corea del Norte, Vietnam y Laos, hasta el 12.
La historia de la Guerra Fría parece reiniciarse medio siglo después, frenando ahora el deshielo que comenzó el expresidente estadounidense Barack Obama en 2015.
El gobierno de La Habana considera que el contexto regional también se le ha vuelto adverso, con el retorno de la derecha en Argentina, Brasil y Chile, cerrando el cerco en torno a Venezuela, principal aliado y socio comercial cubano.
Y aunque Díaz-Canel descarta que «sea eterna la posición (de EEUU) que hay en este momento», la economía cubana no puede esperar y precisa apoyo para su despegue.
«El ahorro nacional no es suficiente para hacer las inversiones que requiere nuestro desarrollo económico y social. Por eso tenemos que acudir al financiamiento externo, sea por la vía de créditos o inversión extranjera directa», dijo el lunes el ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca.
El embargo norteamericano, que se espera sea rechazado nuevamente la comunidad internacional el miércoles en la ONU, no solo impide el comercio entre los dos países, sino que persigue las transacciones de la isla con terceros, excepto con potencias como Rusia y China.
La comitiva de Díaz-Canel la integran el canciller Bruno Rodríguez, el vicepresidente Ricardo Cabrisas y el ministro de Comunicaciones, Jorge Luis Perdomo.
China y Rusia son segundo (2.023 millones de dólares en 2017) y séptimo (434 millones) socios comerciales de la isla. Ambos países son también fuentes crediticias para Cuba.
La presencia de Cabrisas da una señal: fue el negociador exitoso de varias reprogramaciones favorables de la deuda cubana en años recientes, entre ellas con el Club de París en 2015. Logró con Francia un acuerdo ventajoso, de pago contra inversiones.
El vicepresidente visitó Pekín entre el 21 y 25 de octubre, y según el diario oficial Granma se entrevistó con importantes personalidades oficiales, bancarias y empresariales.
Antes de partir, Cabrisas se encontró en La Habana con el viceprimer ministro ruso Yury Borisov, con quien tenía previsto firmar unos 60 proyectos de inversión, según el periódico ruso Kommersant.
«Rusia tiene gran interés en las relaciones a largo plazo con Cuba y los países de la región», dijo Borisov a la televisión cubana y confirmó que analizarán «proyectos bilaterales de gran importancia para los próximos períodos».
Entre esos proyectos, dice Kommersant, puede estar un crédito de 50 millones de dólares para compras en la industria militar. Casi la totalidad del armamento cubano procede de la antigua Unión Soviética.
Rusia ha concedido dos importantes líneas de crédito a Cuba para desarrollo ferroviario, de 600 millones de dolares y otra de generación eléctrica, de 1.200 millones de euros.
La presencia del ministro de Comunicaciones Perdomo, hace prever algún importante acuerdo en esa rama, como pasó recientemente en Nueva York con Google.
– La parte política –
Con Vietnam, las cosas andan, aunque en menor medida, por la misma arista. Con un comercio bilateral de 286 millones de dólares en 2017, Hanoi ha realizado recientes inversiones en Cuba, que podrían ampliarse.
Las reformas económicas emprendidas por Vietnam, Doi Moi (renovación), han sido un referente para las que Cuba emprende, avaladas por el Partido Comunista (PCC, unico)
«Es importante que Díaz-Canel vea las experiencias vietnamita y china de primera mano. Que en estos países le expliquen cuales son los procesos para lograr tasas de crecimiento económico que Cuba no tiene», dijo Alzugaray.
Sin embargo, la estancia de Díaz-Canel en Corea del Norte y Laos, países con un comercio casi nulo con Cuba, tiene un sentido de reconocimiento político a viejos amigos, un gesto de independencia frente a Washington.
Ya tuvo un gesto con Venezuela, su primer aliado en Latinoamérica. Fue al primer país que Díaz-Canel viajó tras asumir la presidencia.