La profesión de Chana Firestone le deja tiempo libre, por lo que decidió buscar un trabajo voluntario para ayudar a la comunidad. Entre varias opciones que se le presentaron, decidió participar en un programa que ayuda a los bebés prematuros.
“Creo que puedo marcar una diferencia con solo cargarlos. Aunque es algo sencillo de hacer, logra un gran impacto en los bebés, logrando que se sientan seguros y cómodos”, dijo Firestone, quien trabaja en bienes raíces.
Firestone no tiene hijos y considera que proporcionar el contacto físico que los bebés prematuros necesitan, es algo gratificante. En el tiempo que ha sido voluntaria, ha “cargado” cientos de bebés y casi siempre uno diferente. Generalmente pasa unas 3 o 4 horas con cada visita al hospital.
“Mi voz no es buena para cantarles pero les habló mucho”, dijo Firestone riendo. “Trato de ‘motivarlos’ sobre cómo va a ser el mundo en donde vivirán, todo el futuro que tienen por delante”.
Firestone considera que este tipo de trabajo voluntario es también de gran ayuda para las personas que lo ejercen.
“Sientes que estás ayudando mucho pero tambien te gratifica, al marcar una diferencia en la comunidad”, dijo Firestone.
‘Abrazadores de bebés’
Firestone es voluntaria del programa “Abrazadores de Bebés”, conocidos como baby cuddlers, en el Centro Médico Hospital California ubicado en el centro de Los Ángeles.
El programa ofrece la oportunidad a personas como Firestone para ayudar, en cierta forma, al personal médico con los bebés nacidos en forma prematura y que se encuentran en la sección de cuidados generales de la Unidad Neonatal de Cuidado Intensivo (NICU).
El NICU atiende hasta 26 bebés con condiciones de salud críticas debido a las condiciones de su nacimiento. Pero una vez que ya se consideran lo suficientemente fuertes para dejar esa área, son enviados a la sala de cuidados generales.
Distintas investigaciones realizadas en los últimos años han demostrado que el contacto humano ayuda a los bebés prematuros a aumentar de peso, a un mejor desarrollo cognitivo y emocional.
Rosalba Martínez, quien trabaja en el NICU, destaca que los bebés en esa área necesitan recibir atención de los adultos, además de alimentos. Pero muchas veces, el tiempo que les dedican para ayudarlos a mejorar su salud, no les permite cargarlos y abrazarlos como ellos desearían.
“Por supuesto, queremos hacerlo, pero hay otras necesidades más prioritarios que cargar a los bebés y abrazarlos. Es por ello que tenemos algunos ‘cuddlers’ que vienen y nos ayudan, dependiendo de su horario”, dijo Martínez.
“Pero, por supuesto, siempre animamos a los padres para que vengan también a verlos pero cuando tienen otros niños no les es posible hacerlo”, añadió Martínez.
Tracy Nordbak, directora de servicios voluntarios, destaca que muchas veces las madres deben volver a sus tareas normales mientras los bebés se recuperan y generalmente es difícil para ellas o sus parejas, visitar a sus bebés y abrazarlos todo el tiempo que ellas quisieran.
“Muchas de ellas trabajan, carecen de un medio de transporte o tienen otros niños a quienes atender”, dijo Norbak. “No es que no quieran estar aquí. Es simplemente que tienen que continuar con su vida”.
Es por ello que consideran importante el trabajo de los voluntarios, quienes toman a los bebés en brazos por todo el tiempo que el infante lo necesite.
El Centro Médico Hospital California fue fundado por el Dr. Walter Lindley en 1887. Actualmente cuenta con un área de servicios de emergencia, un centro de atención para la mujer, un área de maternidad con una Unidad Neonatal de Cuidado Intensivo (NICU), además de otros servicios para la comunidad.
“Los ‘cuddlers’ pueden ser ese par de brazos cálidos que sustituyan al de los padres, abuelos o familiares que no pueden estar allí”, dijo Norbak.
El programa ya tiene cuatro años funcionando y durante ese periodo han contado con la ayuda de 14 voluntarios, hombres y mujeres, que ofrecen su tiempo dependiendo de sus ocupaciones y las necesidades del hospital.
“Una experiencia para ayudar a los demás’
Gloria Frankenberg es otra de las voluntarias que ofrecen su tiempo para cargar y abrazar a los bebés del Hospital California que lo necesitan.
Como madre de tres niños prematuros, sabe lo difícil que es no poder visitarlos todo el tiempo que lo desea.
“Sé lo importante que es para los bebés ese contacto cercano. Y se lo también los que es no poder ir al hospital, pasar bastante tiempo allí y abrazar a tu bebé”, dijo Frankenberg.
Frankenberg considera que estos casos, como el de ella, el programa de “Abrazar Bebés” es un buen sustituto para las madres que no pueden estar alli.
“Las enfermeras son maravillosas y los abrazan cuando los alimentan pero ellas tienen otras cosas que hacer y es por eso que tenemos este tipo de programa”, dijo Frankenberg, quien vive en Moorpark y pasa un promedio de cinco horas cuando visita el hospital.
Para Frankenberg, la experiencia de cargar y abrazar a los bebés ha sido algo gratificante en su vida.
“Realmente, lo disfruto. Es bueno para ellos y también para mí. Mis hijos y nietos ya son adultos, así que ya no tengo bebés para abrazar”, dijo Frankenberg riendo.
Sin embargo, Frankenberg considera que otros centros médicos deberían seguir el ejemplo del Hospital California.
“Desearia que mas hospitales participaran en este tipo de programa porque cuando le digo a la gente lo que hago, ellos quisieran involucrarse pero no hay muchos hospitales que los tengan”, dijo Frankenberg.