Caracas (AFP) – Los trabajadores venezolanos del sector eléctrico comenzaron este lunes una huelga en reclamo de mejoras salariales e inversiones para revitalizar el servicio, afectado por frecuentes apagones, informaron sindicalistas.
«Iniciamos el paro con la asistencia de los trabajadores a sus puestos de trabajo, pero sin laborar», dijo Reinaldo Díaz, dirigente de la Federación de Trabajadores del Sector Eléctrico (Fetraelec), a la radioemisora Éxitos.
Los salarios en Venezuela han sido destruidos por una hiperinflación que, según el FMI, llegará a 13.800% este año, aunque el Parlamento de mayoría opositora la proyecta en 200.000%.
«Corpoelec paga salarios de hambre», rezaba una pancarta desplegada por empleados en un centro de servicios del este de Caracas.
El gobierno, que tiene influencia sobre algunos sindicatos, no reaccionó aún al anuncio de paro.
Díaz no precisó hasta cuándo se extenderá la protesta, pero denunció que las principales plantas eléctricas operan a solo el 25% de su capacidad debido al deterioro de las instalaciones.
«Hay falta de mantenimiento, mucha obsolescencia de equipos (…), desinversión y eso lógicamente ha afectado la confiabilidad del servicio», sostuvo el dirigente.
Los venezolanos sufren habituales cortes de luz, en especial en los estados Zulia, Mérida, Táchira y Trujillo (oeste). Los apagones llegan a prolongarse por más de diez horas en algunos casos.
Las fallas paralizan el comercio, dependiente de las transacciones electrónicas por la escasez de efectivo..
«La comunidad se queja (…). A veces nos ven a nosotros como los responsables y nosotros no somos los responsables. Hacemos todo lo posible por rescatar el servicio. Trabajamos con las uñas», expresó Díaz.
El gobierno del presidente Nicolás Maduro atribuye las fallas a «sabotajes» de la oposición para generar malestar.
«(Luis) Motta Domínguez (ministro de Energía Eléctrica) todo lo llama sabotaje. Ocurren hurtos de cables, que no voy a justificar, pero son hurtos movidos por la situación del país», apuntó el sindicalista.
Las protestas por conflictos laborales han escalado en lo que va de 2018, con una crisis socioeconómica que mezcla una dramática caída de la producción petrolera, escasez de todo tipo de bienes básicos y aumento de la pobreza.
Trabajadores de la salud pública están en huelga desde el pasado 25 de junio para pedir aumentos salariales y mejoras en la red hospitalaria, con un desabastecimiento de insumos médicos de 90% según el gremio. Profesores universitarios, a su vez, debaten la posibilidad de un paro indefinido.
Según la ONG Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, unas 5.300 manifestaciones se realizaron en Venezuela durante el primer semestre del año, la mayoría en exigencia de derechos económicos y sociales.