Port-Salut (Haití) (AFP) – Dos días después del potente terremoto que sacudió Haití, matando a casi 1.300 personas, los trabajadores de rescate se afanaban en la búsqueda de desaparecidos posiblemente atrapados en las ruinas, mientras una tormenta amenazaba este lunes con empeorar aún más la situación.
La depresión tropical Grace amenaza con dejar inundaciones y deslizamientos de tierra en Haití y la vecina República Dominicana, advirtió el estadounidense Centro Nacional de Huracanes, con sede en Miami.
Pero Haití, que padeció recientemente un magnicidio, aún lidia con el desastre de un potente terremoto el sábado en la mañana que dejó 1.297 muertos, más de 5.700 heridos y casi 30.000 viviendas destruidas o dañadas, según informó la Protección Civil local el domingo por la noche.
En la pequeña ciudad costera de Port Salut, al igual que en el resto de las zonas afectadas, los residentes se enfrentaban a un dilema: permanecer al aire libre para protegerse de las réplicas, o trasladarse a los edificios dañados para refugiarse del fuerte temporal que se espera con la depresión tropical Grace.
El hospital de la ciudad decidió intentar proteger a los pacientes que se hacinan en el patio bajo lonas de plástico desde el terremoto. Al mediodía del lunes, los pacientes estaban siendo trasladados al interior de las instalaciones a pesar del temor a las réplicas.
«Los médicos nos piden que volvamos bajo la losa de hormigón esta noche, pero hasta ahora no estamos seguros. Todavía está temblando, así que por eso estamos fuera», dice Wilfried Labaye, de 41 años, antes de que se tomara la decisión de meter a todo el mundo dentro.
Su esposa, Esperance Rose Nadine, de 36 años, yace en el suelo a su lado. Sus dos piernas fueron aplastadas cuando su casa en las montañas cercanas se derrumbó.
Labaye está preocupado no sólo por la salud de su esposa sino también por el clima, del que no pueden escapar.
«No sé cómo será esta tormenta», dice.
Ayuda internacional –
Junto a las enfermeras que atienden a los heridos, Aline Cadet, una comadrona de 26 años, está angustiada por los informes meteorológicos.
«Psicológicamente no estamos bien. No tenemos ni idea de cómo nos las vamos a arreglar», dice. «Hay mujeres embarazadas aquí, algunas han perdido a sus bebés en caídas o lesiones».
Muchos países, entre ellos Estados Unidos, República Dominicana, México y Ecuador, ofrecieron su ayuda enviando personal, raciones de emergencia y equipos médicos.
El ejército estadounidense anunció el lunes la formación de una misión militar conjunta y desplegó un equipo encargado de evaluar la situación en las zonas afectadas con recursos de observación aérea, tras el sismo de 7,2 de magnitud.
También se han movilizado cuatro helicópteros para el transporte. El objetivo es «hacerse una idea de los daños», dijo el lunes el portavoz del Pentágono, John Kirby.
Las imágenes aéreas tomadas por los equipos estadounidenses «ayudarán a determinar qué ayuda se necesita, dónde y cuándo».
Los socorristas trabajaban en las zonas afectadas con camiones y retroexcavadoras como en la localidad de Los Cayos, cerca del epicentro del terremoto, a unos 160 km de la capital haitiana, Puerto Príncipe.
El primer ministro haitiano, Ariel Henry, quien declaró estado de emergencia durante un mes en los cuatro departamentos afectados por la catástrofe, agradeció el domingo a la comunidad internacional.
«Queremos dar una respuesta más adecuada que en 2010 tras el terremoto. Toda la ayuda que venga del exterior debe ser coordinada por la Dirección de Protección Civil», exigió el jefe de gobierno.
También pidió a sus conciudadanos que dieran muestras de «unidad nacional».
«Olvidemos nuestras rencillas», pidió Henry, quien dirige el país más pobre de América tras el asesinato del presidente Jovenel Moise el 7 de julio.
El terremoto de magnitud 7 del 12 de enero de 2010 devastó la capital y varias ciudades provinciales.
Más de 200.000 personas murieron y más de 300.000 resultaron heridas en aquella catástrofe, mientras que más de 1,5 millones de haitianos se quedaron sin hogar.