París (AFP) – Los defensores del medio ambiente y las organizaciones de ganaderos acusan al gobierno francés de intentar «salvar el acuerdo» de liberalización comercial entre la UE y Mercosur a pesar de haberse opuesto a él.
En un documento de trabajo enviado a las partes del acuerdo, el gobierno señala «las pistas» que está considerando «para responder a las preocupaciones surgidas por el proyecto de acuerdo UE-Mercosur».
El documento enumera los compromisos que pediría a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay sobre los dos principales puntos de fricción (la deforestación y las normas sanitarias sobre el ganado importado) a cambio del levantamiento del veto francés.
El jueves está prevista en París una videoconferencia del comité de seguimiento de la política comercial para abordar el tema, con el ministro encargado del Comercio Exterior, Franck Riester.
La Fundación Nicolas Hulot para el medio ambiente considera las condiciones exigidas en el documento «puramente declarativas y no vinculantes».
«Las exigencias adicionales, además de ser muy insuficientes en el fondo, se olvidan de temas importantes planteados por este acuerdo: derechos humanos y respeto de las convenciones internacionales, impacto en las economías locales y desestabilización de los mercados agrícolas», añade Maxime Combes, economista del colectivo Stop CETA/Mercosur.
Según él, Francia «está negociando su adhesión» al acuerdo y el «no» francés expresado en agosto de 2019 por el presidente Emmanuel Macron es un «no» de fachada.
«Archifalso» –
Los ganaderos por su parte no salen de su asombro.
«El gobierno nos transmitió antes de la reunión del jueves la lista de condiciones para la ratificación por parte de Francia del acuerdo UE-Mercosur, pese a que había expresado públicamente su oposición a este acuerdo ‘en su estado actual'», lamentó Bruno Dufayet, presidente de la Federación Nacional Bovina, que agrupa a la mayoría de los 80.000 ganaderos bovinos que se consideran amenazados por el acuerdo comercial.
«Para los ganaderos franceses, que son los principales productores de carne de vacuno en Europa gracias a un modelo de ganadería de leche en pastoreo, y que ya sufren ingresos muy bajos, este acuerdo es una catástrofe, porque acepta la importación a Europa de 99.000 toneladas de carne de vacuno del Mercosur al 7,5% de derechos de aduana, con normas sanitarias de producción prohibidas en Europa», añadió Dufayet.
El ministro de Agricultura, Julien Denormandie, reaccionó en un tuit en el que reiteró que Francia «se opone claramente al Mercosur». «Francia no ha cambiado de posición», señaló también una fuente del gabinete de Riester.
El 23 de agosto de 2019, Emmanuel Macron denunció «un proceso de deforestación industrializada» en la selva amazónica, acusó a su homólogo brasileño Jair Bolsonaro «de no respetar sus compromisos climáticos» y afirmó que Francia «se oponía al acuerdo de Mercosur en el estado actual».
Según los ganaderos, las explotaciones brasileñas usan antibióticos para fomentar el crecimiento, una práctica prohibida en Europa.
«No debemos dejar pasar esta ‘rendición'», declaró a la AFP un alto cargo del mundo de la ganadería, «de lo contrario ‘el relato’ del gobierno será que Francia firmará el acuerdo del Mercosur pero prohibirá a Brasil producir carnes con baja garantía sanitaria y medioambiental, lo cual es archifalso».
El eurodiputado francés Manuel Bompard (izquierda radical) cuestionó la presidencia rotatoria portuguesa de la UE que convirtió la firma del acuerdo UE-Mercosur en una prioridad.
Y otro eurodiputado francés, Pascal Canfin, sostiene que no hay mayoría en el Parlamento Europeo para ratificar el acuerdo.