Los Angeles (AFP) – La directora salvadoreña-mexicana Tatiana Huezo ha sido aplaudida en el estreno de su filme de ficción «Noche de Fuego», que ahora sube la apuesta en su búsqueda de una nominación a los premios Óscar.
«Tengo esperanzas. Es una película que puede tocar el corazón del otro», dice la realizadora de 49 años en una entrevista con AFP.
Huezo se ha labrado una carrera retratando dramas de América Latina en premiados documentales. Es tal vez ese bagaje lo que imprime realismo a «Noches de Fuego«, elegida por México para representarle en los Óscar.
«Los últimos años he trabajado con temas muy difíciles. He estado muy cerca de mujeres que están buscando a sus hijas desaparecidas, entonces no era un tema nuevo para mí», dijo Huezo en Los Ángeles durante la promoción de su premiada producción.
Antes de siquiera mostrar una imagen, la película «Noche de Fuego» confronta al espectador con las respiraciones agitadas que parecen venir de dos mujeres angustiadas. Lo que sigue es el desespero de la niña Ana (interpretada por Ana Ordóñez), y su madre Rita (Mayra Batalla), cavando un hueco con las manos.
«Esta película me planteó un desafío muy importante, muy hermoso y también muy doloroso, que era mirar el mundo desde los ojos de una niña que está creciendo en un contexto violento y que se da cuenta de lo que significa ser mujer», reflexiona Huezo.
A través de las niñas Ana, Paula y María, la cinta retrata la vida en un pequeño pueblo enclavado en las montañas de México, asediado por los cárteles de droga, la pobreza y la minería.
«No es una película infantil, aunque está llena de magia. (…) De estos universos que generan los niños en este momento de la vida y que es un refugio. Es la magia frente al mundo adulto y frente a la violencia que que amenaza su mundo todo el tiempo en esta historia».
Sin guiones –
Huezo, quien vive en Tepoztlán, un pequeño pueblo en el centro de México, filmó la película en las montañas de la Sierra Gorda. Eligió a las jóvenes que interpetarían a sus protagonistas en un casting local sin actrices profesionales y las preparó durante tres meses sin entregarles el guión.
«Yo quería, intuía viniendo el documental, que decirles ‘tu personaje es así’, ‘tú sientes esto’, iba a empobrecer mucho a los personajes, quería como partir de su propia identidad, parecía más rico, más complejo», explica la directora sobre su visión para esta película.
Las protagonistas desarrollaron una amistad en la vida real, agrega Huezo, que se dice «muy entusiasmada» con el resultado en pantalla.
«Noche de Fuego» es una adaptación del libro «Prayers for the Stolen», de Jennifer Clement.
La cuestión de género es clave en la producción que muestra el desespero de madres que, solas, intentan proteger a sus hijas de la violencia. En una escena, cuando su cabello es cortado para esconder su feminidad, Ana llora en silencio mientras su amiga Paula, con expresión consternada, sostiene su mano.
Aunque el tema no es nuevo para Huezo, la directora afirma que la producción la aproximó aún más «a esa conciencia de saber la brutalidad a la que están expuestas las mujeres en Latinoamérica, sobre todo en contextos violentos como el que se vive en muchos pueblos en México».
La cinta fue galardonada en el Festival de cine de San Sebastián, en España, como la mejor película latinoamericana, y ganó mención especial en la sección Una Cierta Mirada del Festival de Cannes.
Huezo dice sentirse «muy orgullosa y muy satisfecha» con la receptividad de su trabajo, que «rinde tributo a la ferocidad del amor de muchas mamás que en Latinoamérica están criando solas a sus hijas».
«Esta historia llega porque son temas que no han sido resueltos y hay una exigencia, hay una voz, hay un grito que exige que esto sea atendido, que disminuyan los índices de violencia contra las mujeres», agrega.
«Noche de Fuego» fue estrenada en julio en salas de cine y está disponible en Netflix.