Sacramento (California).- California se prepara para convertirse en el epicentro del surf mundial con el anuncio oficial de que la playa Trestles, en el condado de San Diego, será la sede de la competencia olímpica de surf durante los Juegos de verano de Los Ángeles 2028.
Esta decisión posiciona al Estado Dorado no solo como anfitrión de uno de los eventos deportivos más esperados del planeta, sino como el rostro natural y cultural del surf ante los ojos del mundo.
El Comité Organizador de LA28 confirmó este lunes que la competencia de surf tendrá lugar en la reconocida Playa Estatal de San Onofre, hogar de Trestles, un santuario natural y deportivo donde rompen algunas de las olas más consistentes y veneradas de la Costa Oeste.
Las autoridades estatales y locales celebraron el anuncio. Destacaron tanto el valor ecológico y cultural del sitio como su relevancia histórica en el desarrollo del surf en Estados Unidos.
Para el gobernador Gavin Newsom, esta es una oportunidad de oro para mostrar al mundo la belleza natural de California y su estrecha relación con el mar.
«La belleza natural de California es mundialmente reconocida, y con LA28, será el centro de atención del deporte por el que el Estado Dorado es más conocido: el surf», afirmó.
La elección de Trestles como sede olímpica no es casualidad. Durante décadas, ha sido un lugar de peregrinación para surfistas de todo el planeta, gracias a su combinación de olas perfectas, entorno natural bien conservado y un espíritu auténtico que ha resistido la comercialización. Recibe cada año a más de 2.5 millones de visitantes, lo que habla de su popularidad tanto entre locales como entre turistas internacionales.
Armando Quintero, director de Parques Estatales de California, expresó con orgullo que compartir esta joya con el mundo es un honor.
«Esta icónica playa, que ha inspirado a generaciones de surfistas, ahora dará la bienvenida a los mejores atletas del mundo y mostrará a millones de personas lo que se puede lograr cuando las tierras públicas se preservan y se comparten con el mundo».
Además de su atractivo deportivo, la Playa Estatal de San Onofre tiene un profundo valor cultural. Es un sitio sagrado para el pueblo acjachemen, que habitó la región hace más de 8000 años. Hoy sigue siendo un lugar ceremonial importante y un recordatorio del legado indígena que aún perdura en la zona. Por ello, los organizadores y autoridades se han comprometido a trabajar de la mano con los socios tribales para asegurar que el evento respete y reconozca esta herencia ancestral.
Gloria Sandoval, subsecretaria de Acceso de la Agencia de Recursos Naturales de California, destacó que esta es una oportunidad única para acercar a más personas a la naturaleza.
«Cuando la gente ve lo que se puede lograr en una playa de clase mundial como Lower Trestles, se abre la puerta a que más personas conecten con la naturaleza, la comunidad y la alegría de estar al aire libre».
En cuanto a la infraestructura, el Departamento de Parques Estatales ha operado el parque desde 1971. Esto es posible gracias a un acuerdo con el Departamento de la Marina, ya que forma parte de la Base Camp Pendleton del Cuerpo de Marines. Este acuerdo fue renovado en 2024 por 25 años, asegurando el acceso público y la preservación del entorno natural de la playa para futuras generaciones.
Desde el punto de vista económico, el impacto de los Juegos LA28 será considerable. Dee Dee Myers, asesora principal del gobernador y directora de la Oficina del Gobernador para el Desarrollo Económico y Empresarial, prevé que se inyectarán miles de millones de dólares en la economía local. Esto incluirá la creación de empleos, el apoyo a negocios regionales y un impulso significativo al turismo, uno de los pilares de la economía californiana.
La organización también ha dejado claro su compromiso con el desarrollo social, destinando una inversión histórica de 160 millones de dólares para promover el acceso equitativo al deporte juvenil en Los Ángeles, lo que representa la mayor contribución individual al desarrollo deportivo juvenil en la historia del estado.
Mientras tanto, Parques Estatales trabajará de forma coordinada con todas las partes interesadas —desde autoridades gubernamentales hasta comunidades tribales, surfistas profesionales y residentes locales— para que Trestles esté lista para recibir a miles de espectadores y millones de televidentes en julio de 2028.
Con este anuncio, California reafirma su lugar en la historia del surf y proyecta su esencia cultural y natural al escenario olímpico. Trestles no solo será el campo de batalla por el oro, sino un símbolo vivo de lo que representa el surf: conexión con la naturaleza, resiliencia, comunidad y libertad.
Así que marquen la fecha y preparen sus tablas: en 2028, las olas californianas volverán a rugir con fuerza olímpica, y Trestles será su altar sagrado.