Santiago (AFP) – La agencia calificadora Standard & Poor’s rebajó este jueves, por primera vez en 25 años, la nota crediticia de Chile por el deterioro de las finanzas públicas y el bajo crecimiento económico, anunció la agencia.
La nota de la deuda chilena bajó de AA- a A+, aunque mantiene una perspectiva «estable».
«El prolongado y débil crecimiento económico de Chile ha afectado sus ingresos fiscales, ha contribuido a incrementos en el nivel de deuda del gobierno y ha erosionado el perfil macroeconómico del país», justifica la agencia en un comunicado.
Se trata de la primera revisión a la baja desde que Standard & Poor’s califica la deuda chilena en 25 años.
«Sin ninguna ambigüedad, esta es una mala noticia», dijo el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, quien destacó que no obstante, la calificación del país sigue «un par de escalones por encima» de los países latinoamericanos mejor posicionados como son sus socios de la Alianza del Pacífico (Colombia, México y Perú) y al mismo nivel que la de Japón, Israel, Eslovaquia e Islandia.
«El rating de hoy día queda como el de 2010, encima del que teníamos en 2006», matizó Valdés en una declaración a la prensa tras trascender la decisión de la agencia calificadora.
«Es muy difícil saber cuánto de esto ya estaba incluido en los precios financieros», precisó el ministro, que espera ahora la reacción de los mercados.
Admitió que la baja de la nota «afecta algo negativamente» el precio del dinero en el mercado de la deuda y sin duda incidirá, aunque «marginalmente», en el crecimiento del país.
A principios de semana, el Gobierno chileno rebajó su proyección de expansión de la economía para este año a 1,5%, desde un 2,25%, debido a la fuerte caída en la actividad minera, motor económico del país.
Por su parte, el Banco Central mantuvo este mismo jueves sin cambios, en un 2,5%, la principal tasa de interés, pese a la esperanza del mercado de una rebaja para luchar contra la baja inflación, que en junio se contrajo el 0,4%, llevando el índice al 1,7% en los últimos doce meses.
El PIB chileno creció una media de un 1,4% en el lapso 2013-2016, prácticamente durante todo el periodo de Gobierno de la socialista Michelle Bachelet, que emprendió una serie de reformas, como la tributaria, muy criticada, y propició un fuerte aumento del gasto social, en particular con su promesa de educación superior gratuita, que ha contribuido a incrementar el endeudamiento.
La coyuntura no ha sido muy favorable para el Gobierno chileno.
La combinación de los todavía bajos precios del cobre y el bajo nivel de confianza empresarial local «continúa pesando sobre la inversión y el consumo, limitando las perspectivas de crecimiento económico del PIB», analiza la agencia.
– Año electoral –
Aunque esperada, esta noticia conmocionó a Chile, en precampaña electoral para elegir al sucesor de Bachelet en los comicios de noviembre, para los que el expresidente de derecha Sebastián Piñera aparece favorito en los sondeos.
«Era esperable, aun cuando se prevé que un nuevo gobierno empiece a revertir la tendencia de la deuda, aunque va a seguir creciendo por un tiempo», dijo a la AFP Erik Haindl, decano de la Facultad de Negocios e Ingeniería de la Universidad Gabriel Mistral.
«La deuda no es sostenible a largo plazo con este déficit», agregó.
Valdés prometió que «el Gobierno seguirá apegado» a la estrategia fiscal que mantiene desde 2015, es decir, «reducir el déficit estructural aproximadamente un cuarto de punto porcentual del PIB».
Standard & Poor’s proyecta que la deuda neta del gobierno general se acercará al 11% del PIB en 2017 y podría llegar hasta el 15% hacia el cierre de 2019 «debido a los continuos déficits fiscales».
No obstante, la agencia matiza que el mantenimiento de la perspectiva «estable refleja nuestra opinión de que la consolidación fiscal gradual de Chile y su recuperación económica lenta pero sostenida ayudarán a estabilizar su perfil externo».