Los Ángeles, 4 ene (EFE).- Los jóvenes «soñadores» que se han acogido al beneficio del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) inician un año que, más que ofrecerles un mejor futuro, los pone en la mira de la deportación.
Al suministrar su información con identificación, fotos, ingresos y residencia actual, los beneficiarios de DACA se convierten en un grupo de inmigrantes «al alcance de la mano» del Gobierno federal si este decidiera deportarlos.
«Cuando recibí mi DACA en 2013, no pude sentir mayor felicidad», contó hoy a Efe Catalina A., una beneficiaria de la medida puesta en marcha 2012 por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
«Sin embargo, ahora cada día que pasa me preocupo más sabiendo que ‘la migra’ tiene todos mis datos», agregó la joven mexicana que renovó su permiso de trabajo en el 2015.
El presidente Barack Obama, quien firmó la acción ejecutiva en su año de campaña de reelección, se refirió al tema hoy durante una reunión con los legisladores demócratas en el Capitolio federal, cuyo punto central fue la defensa de su ley de salud, conocida como Obamacare.
Según un legislador que estuvo en la reunión, Obama dijo que planteó el tema al presidente electo, Donald Trump, argumentándole que los soñadores «son buenos muchachos que no han hecho nada malo», de acuerdo con un artículo publicado por Político.
De igual manera, el secretario de Seguridad Nacional (DHS), Jeh Johnson, pidió al presidente electo, que no use los datos personales de los jóvenes indocumentados beneficiarios del programa, para deportarles.
«El Gobierno de EE.UU. manifestó a los solicitantes (del DACA) que la información personal que proporcionasen no se utilizaría para aplicar leyes migratorias con la excepción de que se determinase que un caso representa una amenaza para la seguridad pública o nacional», explicó Johnson en una carta divulgada ayer.
La representante Lucille Roybal Allard, por su parte, alertó que «la Administración Obama termina el 20 de enero», por lo que insistió al presidente a que tome medidas extraordinarias para proteger a los «soñadores».
Trump afirmó durante su campaña electoral que los «soñadores» serían deportados, igual que el resto de indocumentados que viven en el país, calculados en unos 11 millones.
Sin embargo, después de ganar las elecciones del 8 de noviembre, aseguró en un mensaje más conciliador que la decisión que tome -que no concretó- hará que la gente esté «contenta y orgullosa».
«Los trajeron aquí muy jóvenes, han trabajado aquí, han estudiado aquí. Algunos han sido buenos estudiantes. Algunos tienen trabajos maravillosos y están en una tierra de nadie porque no saben lo que va a pasar», reconoció el presidente electo a la revista Time.
Hasta junio de 2016, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) había recibido más de 1.4 millones solicitudes para DACA, de las cuales aprobó más de 741.000 por primera vez y 526.000 para renovación.
En 2016, DHS capturó 530.250 personas y deportó a un total de 450.954 -incluyendo personas arrestadas y devueltas en la frontera-, según el informe oficial del año fiscal.