Londres (Gran Bretaña).- En un mundo cada vez más globalizado, la capacidad de moverse libremente por el planeta es un privilegio que no todos pueden disfrutar de igual manera. 

Según el Índice Henley de Pasaportes de 2025, Singapur ha recuperado su título como el pasaporte más poderoso, permitiendo a sus ciudadanos acceder sin visado a 195 de los 227 destinos posibles en todo el mundo.

Este índice, que clasifica 199 pasaportes globales basándose en la cantidad de destinos a los cuales sus titulares pueden ingresar sin necesidad de un visado previo, se nutre de datos oficiales de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA). 

Tras Singapur, Japón se posiciona como subcampeón con acceso a 193 destinos, destacando así la importancia de la movilidad global en la era actual.

La movilidad no es uniforme en todos los países. Varios Estados miembros de la Unión Europea como Francia, Alemania, Italia y España, junto con Finlandia y Corea del Sur, han visto descender su posición hasta el tercer lugar, con acceso a 192 destinos sin necesidad de visado. 

Por otro lado, una cohorte de siete naciones de la UE, entre las que se encuentran Austria y Suecia, comparten el cuarto puesto, con acceso a 191 destinos.

El caso más dramático lo representa Afganistán, que se mantiene en la parte inferior del índice después de haber perdido acceso sin visado a otros dos destinos durante el último año. 

Esta situación refleja una brecha significativa en la movilidad, donde los ciudadanos de Singapur pueden viajar a 169 destinos más sin visado que los afganos.

El Dr. Christian H. Kaelin, presidente de Henley & Partners, comenta sobre la necesidad de replantear la noción misma de ciudadanía en un mundo que enfrenta desafíos crecientes como el cambio climático y las crisis políticas. 

Según Kaelin, estos factores están desplazando comunidades enteras y convirtiendo sus entornos en inhabitables, lo que incrementa la necesidad de revisar las políticas de movilidad global.

En el resto del Top 10 del índice, predominan los países europeos, aunque naciones como Australia, Canadá y los Emiratos Árabes Unidos también figuran prominentemente. 

Notablemente, los Estados Unidos han experimentado una notable caída en el índice, atribuida en parte a políticas más introspectivas y aislacionistas, según Annie Pforzheimer del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.

Por otra parte, China ha mostrado un significativo ascenso, mejorando su posición en el índice de pasaportes y en el de apertura, reflejando una política más abierta hacia la migración y el acceso sin visado a otros países. Esta tendencia contrasta con la situación en Estados Unidos, donde el regreso a políticas restrictivas como las prohibiciones de viaje durante una segunda presidencia de Trump, podría influir negativamente en su posición en futuros índices de movilidad.

La creciente demanda de programas de migración por inversión en Estados Unidos, donde los ciudadanos buscan opciones de residencia y ciudadanía alternativas, refleja una inquietud ante la incertidumbre política y el deseo de asegurar un futuro más estable y predecible.

Este panorama global de pasaportes y movilidad no solo destaca las disparidades entre las naciones, sino que también subraya la creciente importancia de la política migratoria en el escenario mundial. A medida que algunos países fortalecen sus puertas de entrada, otros las cierran, redefiniendo lo que significa ser ciudadano en un mundo interconectado.