Bakú (Azerbaiyán) (AFP) – Tras dos terceros puestos, Sergio Pérez alimentó este domingo su historia de amor con el siempre sorprendente Gran Premio de Azerbaiyán al subir al primer escalón del podio, en la segunda victoria en la Fórmula 1 para el mexicano de 31 años, la primera desde que fichó por Red Bull esta temporada.
«Espero no estar soñando… Diez años me ha llevado y no sé qué decir», declaró Pérez, entonces con los colores del equipo Racing Point, tras su histórico triunfo en Baréin en diciembre, al final de una temporada 2020 a la que la pandemia convirtió en menos previsible.
Segundo triunfo en seis meses –
De esperar una década a repetir en seis meses. Aunque ahora con el volante de un prestigioso Red Bull, equipo que comparte con el líder del Mundial Max Verstappen, al que su abandono este domingo a cinco vueltas del final cuando era primero abrió las puertas al triunfo del ‘Checo’, tercero en el circuito urbano de Bakú en 2016 y 2018 con Force India.
El piloto mexicano, un clásico de la F1 a estas alturas, apareció en la máxima categoría en 2011. Estuvo dos temporadas en Sauber, paso un año para olvidar por McLaren y se consolidó con Force India y Racing Point.
En la treintena, es un escudero de lujo de Verstappen, el gran talento de los últimos años, ganador en Mónaco hace dos semanas, que tiene 23 años.
Dos décadas antes, impulsado por Antonio Pérez Garibay -su padre-, Sergio Pérez emergió de los karts y paulatinamente obtuvo los patrocinios necesarios, incluido el del empresario más rico de México: Carlos Slim, que apadrinó al ‘Checo’ desde que tenía 15 años.
Desde niño y adolescente, Pérez dio muestra de habilidad e inteligencia al volante. Se sabía desenvolver bien hasta en las condiciones climáticas adversas. Le gustaba correr con lluvia.
Mucho tiempo después, tras una década en la F1, a Pérez le llegó la llamada que cambió su carrera.
‘Red Bull o nada’ –
«Red Bull o nada. Mi plan B es tomarme un año sabático», había señalado, cansado de no poder competir por las victorias, en diciembre de 2020, un día antes de que se anunciara su fichaje por la escudería.
Cosas del destino, una semana después logró en el Gran Premio de Sakhir su ansiada victoria.
Allí se convirtió en el decimotercer corredor latinoamericano en ganar un GP de la F1, después de los brasileños Ayrton Senna (41), Nelson Piquet (23), Emerson Fittipaldi (14), Felipe Massa (11), Rubens Barrichello (11) y José Carlos Pace (1), los argentinos Juan Manuel Fangio (24 victorias), Carlos Reutemann (12) y Froilán González (1), el colombiano Juan Pablo Montoya (7), el mexicano Pedro Rodríguez (2) y el venezolano Pastor Maldonado (1).
Y la historia está lejos de haber finalizado. Los 25 puntos que obtuvo Pérez este domingo le permiten colocarse en el tercer lugar del campeonato de pilotos, por detrás de Verstappen y Lewis Hamilton, que le había superado tras la bandera roja por el accidente del holandés, pero que se pasó de frenada.
«Tuve una pobre arrancada, él se me puso al lado y dije ‘voy a seguir con todo’. Hamilton hizo lo mismo, pero bloqueó… Realmente es un muy buen día para el equipo», señaló en Bakú, donde su historia de amor sigue creciendo.