Aix-en-Provence (Francia) (AFP) – El juicio del caso «Air Cocaína» se abrió este lunes en Francia, seis años después de una espectacular incautación de cientos de kilos de droga en un jet privado que estaba a punto de despegar de República Dominicana al balneario de Saint-Tropez.
Nueve personas comparecen ante un tribunal especial en Aix-en-Provence, en el sureste de Francia, desde este lunes y hasta el 5 de abril. Para este sonado caso de tráfico de estupefacientes entre Francia y República Dominicana, no habrá un jurado, sino una corte especial, compuesta por cinco magistrados profesionales.
Entre los acusados figuran dos expilotos de combate, Pascal Fauret, 58 años, y Bruno Odos, 59, que estaban al mando del avión interceptado en el aeropuerto de Punta Cana el 20 de marzo de 2013. La policía descubrió 26 maletas de cocaína dentro del Falcon 50.
Los dos franceses fueron detenidos inmediatamente, así como sus compatriotas Nicolas Pisapia y Alain Castany, que estaban también a bordo del jet. Pese a que afirman que no estaban al tanto de la presencia de la droga, fueron condenados en 2015 por la justicia dominicana a 20 años de prisión.
Mientras estaban en libertad bajo fianza, Bruno Odos y Pascal Fauret lograron huir de República Dominicana hacia territorio francés en el Caribe en circunstancias misteriosas, pero fueron arrestados al regresar a territorio continental francés en noviembre de 2015.
Los interrogatorios de estos dos expilotos de combate, sin antecedentes penales, son los más esperados entre el centenar de testimonios y audiencias de expertos programadas a lo largo de las siete semanas de juicio.
Nicolas Pisapia, que es el único acusado que sigue en República Dominicana, bajo control judicial y con prohibición de salir de la isla, y Alain Castany, un septuagenario que fue repatriado a Francia por motivos de salud, serán juzgados posteriormente. Como Castany ya fue definitivamente condenado en Punta Cana, solo será juzgado en Francia por asociación para delinquir.
Además del vuelo interceptado en Punta Cana, las autoridades investigan dos viajes trasatlánticos realizados cuatro meses antes.
El «comportamiento sospechoso» de los pasajeros del Falcon 50 había intrigado a la policía francesa después del primero de estos vuelos, en el discreto aeropuerto de Saint-Tropez-La Mole, en el famoso balneario de la Costa Azul francesa.
Una decena de maletas fueron descargadas discretamente y cargadas en dos coches, bajo la mirada cómplice de un agente de aduanas, François-Xavier Manchet, también acusado.
Entre los acusados figura también Ali Bouchareb, que sería el presunto cerebro del grupo. Este hombre de 47 años, que ya fue acusado en el pasado por tráfico de cocaína, habría pagado «cientos de miles de euros» para organizar estos vuelos. El niega las acusaciones en su contra.
Algunos de los acusados se enfrentan a hasta 30 años de cárcel.