San Salvador (AFP) – Miles de salvadoreños concluyeron este domingo una peregrinación de 157 kms en Ciudad Barrios, noreste del país, para conmemorar 100 años del natalicio del fallecido arzobispo Óscar Arnulfo Romero, declarado en 2015 beato por el Vaticano.
«Fue un gran pastor», destacó el enviado especial del papa Francisco, el cardenal chileno Ricardo Ezzati, al oficiar una misa de cierre junto a los obispos y el cardenal salvadoreño Gregorio Rosa Chávez.
La peregrinación salió el pasado viernes de la tumba de Romero, en la cripta de la catedral de San Salvador, y cerró al anochecer de este domingo en Ciudad Barrios, donde el 15 de agosto de 1917 nació el pastor que por denunciar la injusticia social fue asesinado por un escuadrón de la muerte ultraderechista el 24 de marzo de 1980.
«Han peregrinado, han caminado, se han puesto en marcha y la iglesia que el papa Francisco sueña, es justamente una iglesia que está en camino, que abre sus puertas, que va a la periferia, que es misionera y que anuncia la alegría a todos», exclamó el cardenal ante la multitud concentrada en la iglesia y en la plaza central de Ciudad Barrios.
Insistió que luego de la experiencia acumulada durante los tres días de peregrinación «que hermoso es sentirnos iglesia en salida, una iglesia que no se contempla así misma».
El cardenal chileno recordó haber leído con emoción que Romero cuando era perseguido por «tantas fuerzas contrarias al evangelio» pudo escribir una confesión de fe muy grande sobre el martirio.
«Señor yo no soy digno del don del martirio, pero si alguien atenta contra mi vida desde este momento yo te ofrezco mi vida,(y) mi sangre para la vida de El Salvador», es la frase de Romero que recordó Ezzati, a la vez confesó que siempre que la lee ha sentido una «conmoción muy profunda».
Al anochecer del 24 de marzo de 1980, Romero fue asesinado por un francotirador mientras oficiaba una misa.
Su crimen permanece en la impunidad porque la justicia salvadoreña nunca lo investigó.
Una comisión de la verdad creada por la ONU concluyó en 1993 que «existe plena evidencia» de que el mayor Roberto D’Aubuisson, fundador del derechista partido Alianza Republicana Nacionalista, fallecido en febrero de 1992, fue quien «dio la orden de asesinar al arzobispo».
Los actos conmemorativos al centenario del natalicio de Romero concluyen el martes con una misa que presidirá Ezzati en la catedral de San Salvador.