Ciudad Victoria (México) (AFP) – Un migrante salvadoreño y su hija de casi dos años murieron ahogados al tratar de cruzar el Río Bravo a la altura de la ciudad de Matamoros, del norteño estado Tamaulipas, en su camino hacia Estados Unidos.
Sus cuerpos fueron hallados el lunes, de acuerdo con el expediente judicial al que la AFP tuvo acceso este martes.
Óscar Martínez Ramírez, de 25 años, que trabajaba como cocinero en El Salvador, colocó a su hija por dentro de su camiseta para intentar atravesar el río, pero se hundieron ante la mirada de la madre de la niña antes de llegar al lado estadounidense. La imagen de sus cuerpos, encontrados boca abajo, conmocionó al país.
La familia había llegado a Tapachula, en el estado de Chiapas, la semana pasada. El domingo por la tarde, decidieron cruzar a Estados Unidos, según el expediente.
La mujer de 21 años también trató de pasar el afluente acompañada por otro amigo de la familia, pero ambos desistieron y regresaron al lado mexicano. El agotado padre y la niña se hundieron en el fuerte caudal del río antes de llegar a la orilla estadounidense, según narró a la autoridades.
El fin de semana, una fotógrafa de AFP capturó el momento en que dos mujeres y una niña fueron detenidas a forcejeos por miembros fuertemente armados de la Guardia Nacional, mientras intentaban cruzar el Río Bravo desde la mexicana Ciudad Juárez, Chihuahua para llegar a la estadounidense El Paso.
La imagen causó indignación y encendidas críticas, que aseguran que la detención de estos migrantes por parte de autoridades mexicanas constituye un muro invisible, en alusión a la amenaza del presidente estadounidense Donald Trump de hacer pagar a México por una nueva muralla fronteriza que frene la migración.
El endurecimiento de la política migratoria mexicana fue producto de la presión de Estados Unidos.
El 7 de junio, ambos países alcanzaron un acuerdo para suspender la aplicación de esos gravámenes que estaban fijados para el día 10, y Estados Unidos le dio a México 45 días para tomar medidas contundentes.