Sayulita (México) (AFP) – Roslyn se degradó a tormenta tropical este domingo tras internarse como huracán mayor en la costa Pacífico de México, donde dejaba destrozos, viviendas dañadas, deslaves en carreteras y algunas inundaciones.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos dijo en su boletín de las 18h00 GMT que el ciclón, que se encontraba a 90 km de la ciudad norteña de Durango, ostentaba vientos sostenidos de 110 km/h y se desplazaba a 31 km/h.
Roslyn se formó como huracán el viernes y de manera inesperada en unas horas alcanzó la categoría 4 la escala de Saffir-Simpson (de 5), siendo el fenómeno más poderoso en la temporada del Pacífico.
Tocó tierra a las 11H20 GMT con nivel 3 en las cercanías de Santa Cruz, en el estado de Nayarit (noroeste), localidad de unos 1.200 habitantes que se dedican fundamentalmente a la pesca y la agricultura.
Se espera que Roslyn «se debilite rápidamente» mientras recorre el norte de México, dominado por montañas que contribuirán a que «se convierta en depresión tropical la tarde del domingo y se disipe por la noche o la mañana del lunes», señaló el pronóstico del NHC.
Las autoridades de Protección Civil de los estados de Nayarit y Jalisco (oeste), los más afectados por el fenómeno, reportaron algunos daños materiales, inundaciones puntuales, caída de árboles y deslaves que han interrumpido el tráfico en algunas carreteras.
«Tenemos inundaciones pero no representan un riesgo como tal y no tenemos reportada pérdida de vidas humanas», dijo a la cadena Televisa Pedro Núñez, director de Protección Civil de Nayarit.
Sin embargo, explicó que se vigila el nivel de dos ríos, que se anticipa se verán afectados por las lluvias que desate Roslyn una vez que se disperse en las montañas.
Recuento de daños –
Puerto Vallarta, Jalisco, de unos 220.000 habitantes y de las mayores localidades en la zona afectada por el huracán, empezó el recuento de las afectaciones tras el paso de la lluvia y el viento.
«Fue un poco aterrador. El agua empezó entrar en nuestra casa, tuvimos que sacar a nuestros hijos y ponerlos en un lugar alto (…) estuvimos afuera bajo la lluvia como 3 horas, mi casa quedó destruida», dijo a la AFP Erik Newcomer, un estadounidense que hace tres meses se instaló en este balneario.
En este destino turístico abundan los visitantes extranjeros y algunos viven en la zona desde tiempo atrás, como Mitch Román, de California, quien llegó hace 17 años.
«Los vientos estuvieron fuertes, la lluvia no fue tan mala como se esperaba, pero hay muchos árboles caídos (…) nunca había visto esta área así», comentó el estadounidense.
En Sayulita, en Nayarit, algunos sectores resultaron afectados por la crecida de un arroyo, que dejó enterradas viviendas. En cuanto el clima lo permitió, los pobladores intentaban rescatar sus pertenencias del fango.
«Tenemos un negocio de artesanías mexicanas, hubo mercancía que se mojó, probablemente se dañó, pero hay personas que perdieron más», dijo Esperanza Mares, de 30 años, comerciante y agente inmobiliaria.
En un recorrido desde Puerto Vallarta hacia la zona de impacto en Nayarit, la AFP observó un deslave carretero que dejó prácticamente sepultado un trailer, provocando el cierre de la carretera.
En Bucerías, también en Nayarit, algunas calles se convirtieron en ríos con fuertes corrientes que bajan de un cerro cercano.
Más de mil personas en zona de riesgo dejaron sus viviendas para trasladarse a refugios o casas de familiares.
Asimismo, el fenómeno obligó a aplazar un partido semifinal del Abierto de Tenis de Guadalajara, la capital de Jalisco, afectada por precipitaciones el sábado.
Un huracán superior a la categoría 3 se considera un fenómeno «mayor» potencialmente catastrófico.
Hace justo dos décadas, Kenna impactó las costas de Jalisco como categoría 4 dejando cuatro muertos y pérdidas millonarias.
A finales de mayo, Agatha, el primer fenómeno de la temporada en el Pacífico, impactó en las costas del estado de Oaxaca (sur), donde las lluvias en localidades montañosas dejaron once fallecidos.
El 3 de octubre, Orlene tocó tierra en el estado de Sinaloa como categoría 1, dejando principalmente daños materiales.
El 8 de septiembre, Kay, también categoría 1, alcanzó el sur de la península de Baja California provocando afectaciones menores.
En octubre de 1997, Paulina arrasó como categoría 4 la costa sur del Pacífico mexicano dejando más de 200 muertos.