Madrid (AFP) – Rivales por excelencia del fútbol argentino, frente a frente para ganar la Copa Libertadores 2018, Boca Juniors y River Plate coincidieron este viernes en lamentar nuevamente que el histórico partido se juegue en Madrid, a 10.000 km de Buenos Aires.
Si bien ambos clubes parecen haber aceptado ya la contienda en el estadio Santiago Bernabéu el domingo a las 19H30 GMT, no se mordieron la lengua para criticar el traslado fuera de Argentina y la violencia que lo causó.
Se recordará «como una vergüenza, como la tremenda vergüenza del fútbol argentino», afirmó el presidente de River, Rodolfo D’Onofrio, en una entrevista en el diario español El País publicada este viernes.
«Es lamentable (…) No aprendemos más. Parece que repetimos los mismos errores y lo que se daña es la figura del fútbol argentino y de Sudamérica», aseguró el técnico xeneize, Guillermo Barros Schelotto, en rueda de prensa en Madrid.
Y como si fuera poco, Boca anunció que presentará un recurso ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), con sede en Lausana, reclamando los puntos y ganada la Libertadores luego de que fuera rechazada su denuncia en dos instancias en la Conmebol.
«Boca va a seguir reclamando en el TAS. Es lo que están trabajando el departamento de Legales del club como corresponde. Es lo que habíamos dicho si el fallo (del Tribunal de Apelaciones de la Conmebol) no era favorable, vamos a recurrir al TAS», dijo en Madrid el vicepresidente xeneize, Royco Ferrari, a la cadena Fox Sports.
El 24 de noviembre debía resolverse en la cancha de River la llamada «Superfinal» tras el empate 2-2 registrado en la Bombonera el 11 del mismo mes.
Pero el ataque con piedras y botellas contra el autobús de Boca Juniors, en las inmediaciones del estadio Monumental de River, alteró todos los planes.
El partido fue inicialmente aplazado, después suspendido y finalmente desplazado al estadio del Real Madrid, en España, un país con una abundante colonia argentina y estrechos lazos con el país sudamericano.
Este viernes, tanto D’Onofrio como el Mellizo Barros Schelotto aprovecharon para reclamar acciones para terminar con el problema de fondo, el poder de las barras bravas y la violencia en el fútbol de ese país.
«Necesitas tener la seguridad adecuada. Si yo me pongo en la calle a decir que no quiero que entren más al estadio amenazarán de muerte a mi hija, a mi mujer y a toda mi familia», dijo el mandatario «millonario».
«Lo que pasó hace 15 días pasa mucho en el fútbol sudamericano y argentino (…) Es momento de tomar medidas y empezar a hacer ejemplo», coincidió el entrenador xeneize.
– Enfocarse en el partido –
Entre toda la controversia, parece difícil centrarse en el partido, seguramente el más importante de la historia de ambos clubes: una final continental entre los dos mayores rivales, nacidos en el mismo barrio de Buenos Aires.
«Hoy deberíamos estar hablando de cómo River y Boca están poniendo Argentina en lo más alto posible (…) y estamos hablando de violencia», lamentó el Mellizo.
«La verdad no es el ambiente al que uno está acostumbrado y el que hubiera elegido como entrenador», añadió, insistiendo en la necesidad de centrarse en el encuentro del domingo a las 19H30 GMT.
Con Cristian Pavón recuperado de la lesión ocurrida en el primer partido, hace ya casi un mes, el técnico xeneize reconoció dudar entre alinear los habituales tres delanteros o la doble punta que terminó jugando en la Bombonera.
En el bando de los Millonarios las dudas también se centran en el ataque: con Rodrigo Mora e Ignacio Scocco tocados físicamente y Rafael Santos Borré sancionado, el técnico Marcelo Gallardo deberá improvisar una delantera.
– Peregrinación argentina –
Y mientras los planteles porteños ultiman su preparación, también lo hace la ciudad anfitriona, Madrid, que desplegará 4.000 policías y agentes privados para garantizar la seguridad durante el encuentro.
Más de 2.000 serán policías nacionales, cantidad superior a la desplegada para la final de la Champions de 2010 o un clásico Real Madrid-Barcelona, y otros 1.700 agentes de seguridad privada contratados por el Real Madrid.
Además, han diseñado áreas para las hinchadas de cada equipo, tanto en las horas previas como en el estadio y la celebración, con el fin de evitar encuentros entre ellas.
Durante el fin de semana se espera la llegada de al menos 25.000 hinchas de cada club –5.000 residentes en Argentina y 20.000 argentinos residentes en el extranjero.
Con tal de ver la final del siglo, algunos hicieron auténticas proezas. Es el caso de Diego Rozán, un hincha de River, que adelantó las vacaciones, compró el viaje y pagó la entrada al doble de lo que le costó en el Monumental.
«Será un viaje hecho con mucho sacrificio, con muy poca plata y más que nada a la deriva, yendo con la ilusión del hincha», dijo a la AFP.