Bogotá (AFP) – Jóvenes muertos por la represión policial, líderes sociales y exguerrilleros asesinados tras el acuerdo de paz de 2016. La violencia recrudece en Colombia y los rostros de algunas de las víctimas quedaron inmortalizados en un mural a cielo abierto que fue inaugurado este jueves en Bogotá.
Los retratos pintados estremecen a los automovilistas que pasan a su lado, en el puente vehicular situado en el norte de la capital.
Dibujados por unos 26 reconocidos artistas urbanos, estos 41 murales, algunos todavía en curso, buscan crear el primer «Museo de memoria al aire libre» en el país.
El homenaje es parte de un proyecto llamado Todas las vidas valen, que comenzó el año pasado cuando la fuerza pública reprimió a tiros las manifestaciones del 9 de septiembre contra la violencia policial. Una docena de personas murieron, la mayoría jóvenes, y medio millar quedaron heridas.
A los retratos de estas víctimas de la violencia se suman ahora rostros de activistas y combatientes que dejaron las armas tras la firma de la paz con la guerrilla FARC, luego de más de medio siglo de conflicto.
«La idea es que en la medida en que se haga memoria, en que las personas recuerden que se está asesinando ciudadanos continuamente en el país (…), la gente aprenda el valor de la vida», dice a la AFP Gustavo Trejos, uno de los organizadores del evento.
«No interesa que la persona sea un delincuente, sea un guerrillero o una persona del común, todos tienen derecho a vivir y a un proceso judicial», agrega.
Desde el histórico pacto de paz, 1.137 líderes sociales y 255 excombatientes han sido asesinados, según el observatorio independiente Indepaz, debido a una nueva arremetida de grupos armados que se disputan a sangre y fuego los territorios dejados por las FARC y donde el Estado todavía no llega.
Solidaridad –
Harold Pouchard Castañeda, también conocido como Hard, es uno de los grafiteros que participan en el proyecto apoyado por la Alta consejería para los derechos de las víctimas, la paz y la reconciliación, de la alcaldía de Bogotá.
En un lado del muro azul que eligió retrató a Carlota Salinas, una lideresa negra que defendía los derechos de las mujeres y fue asesinada en marzo de 2020 por hombres armados en el departamento de Bolívar (norte).
En la otra esquina dibujó con aerosol a Andrés Rodríguez, un joven asesinado en las protestas del 9 de septiembre.
«Toda esta labor que hacemos a través de la pintura es para que las familias sepan que estamos apoyándolas y que no están solas», indicó.
El evento conmemora además los 10 años de la muerte del grafitero Diego Lizarazo, asesinado a los 16 años por un policía mientras realizaba una pintura bajo un puente de Bogotá. Condenado por homicidio agravado, el agresor Wilmer Alarcón se fugó y se desconoce su paradero.
«Nosotros queremos generar un sentimiento de apoyo, una voz de aliento a las víctimas para que ellas también sientan y en algún momento puedan tener la fortaleza que nosotros hemos adquirido sobre estos diez años», indica Trejos, padre de Becerra.
Colombia vive un conflicto armado que en más de seis décadas deja más de nueve millones de víctimas, entre muertos, desaparecidos y desplazados.