Cuando la leucemia linfoblástica aguda (LLA) que padecía Sergio Ramírez regresó después de tres años de tratamiento, su única opción fue un trasplante de médula ósea.
“Al principio me dijeron que solo con tratar con quimioterapia iba a poder ganarle a esta enfermedad”, dijo Ramírez, actualmente de 34 años, quien añadió que pudo vencerla a los tres años.
Sin embargo, regresó a los seis meses, mucho más fuerte, y los médicos ya no quisieron darle más quimioterapia para no dañar su sistema inmunológico.
Ramírez fue referido al Hospital City of Hope en Duarte, en donde fue sometido a un tratamiento de inmunoterapia para estimular su sistema inmunológico y erradicar el cáncer.
Sin embargo, todavía necesitaba un transplante.
“Con ese tratamiento puede estar listo para el trasplante, para tener un largo término de vida, de remisión y que no me volviera la enfermedad otra vez”, dijo Ramírez.
Pero no tuvo que esperar mucho para el trasplante.
“En eso me siento bendecido. Hay mucha gente a la que le cuesta encontrar un donante. Pero conmigo no hubo espera porque ya lo tenían preparado”, dijo Ramírez, quien se sometió al trasplante en el 2013.
Una reunión muy esperada
Hasta hace poco, Ramirez no conocía a la persona que le había salvado la vida. Pero en la reciente reunión de donantes y recipientes de médula ósea organizado por City of Hope, él y su familia pudieron hacer ese sueño realidad.
Durante la Reunión 41 de Donantes y Recipientes, la familia Ramírez pudo conocer a Michael Palacios, un joven de 27 años que hizo posible que Sergio pudiera continuar con su vida.
“Quiero agradecer a mi donante, porque él no solo salvó mi vida”, dijo Ramírez con la voz quebrada y sin poder contener la emoción, durante la reunión. “También impactó a mi familia, mis hijos. Es un sentimiento tan increíble levantarse cada mañana y escuchar a tus hijos, ver a tus hijos, ver la luz del sol”.
Palacios se unió al registro de donantes de médula ósea en el 2011, cuando trabajaba como voluntario en el Hospital de Niños de Los Ángeles.
“No me preocupaba lo que pudiera pasarle a mi cuerpo. Yo solo estaba enfocado en ayudar”, dijo Palacios. “Cuando me registre me sentí feliz porque algun dia me iban a llamar y estaba seguro que lo iba a hacer”, añadió el joven, quien es tutor de matemáticas en universidades locales..
Menos de dos años después supo que era compatible con otra persona que necesitaba un transplante.
“Me siento muy feliz porque ya tiene una nueva oportunidad de estar con su familia. Y eso es algo que voy a recordar siempre”, dijo Palacios.
Desde que se registró y tuvo la oportunidad de ser donante, Palacios hace campaña para motivar a las personas a registrarse, especialmente entre los latinos.
“Es muy importante porque hay muchos latinos que tienen oportunidad de ayudar. Porque hay muchos latinos que tienen enfermedades como las que él [Ramírez] tuvo y es muy fácil para salvarlos”, dijo Palacios.
Mas de 40 años ayudando a los pacientes
El programa de trasplantes de médula ósea comenzó en el Hospital City of Hope en 1976. Desde entonces, más de 13 mil pacientes de Estados Unidos y otras partes del mundo se han beneficiado con ese programa.
Para ello, destaca el Dr. Stephen J. Forman, oncólogo del City of Hope, cuentan con la ayuda del Banco de Registro de Donantes de Médula Ósea. El registro ya tiene 26 años funcionando y ha permitido el reclutamiento de 15 mil nuevos donantes anuales y ya cuenta con más 250 mil donantes desde que se estableció en Estados Unidos.
“Estos donantes han suministrado células no solo para nuestros propios pacientes sino para pacientes en todo el mundo”, dijo el Dr. Forman.
Pero además de ayudar a los pacientes, también han implementado una tradición de ofrecer la oportunidad de que algunos de ellos puedan conocer a sus donantes. El emotivo evento se realiza anualmente durante los últimos dias de abril
“Es un momento en nuestras vidas y en la vida de esta institución donde hacemos una pausa para celebrar, reflexionar con nuestros pacientes, sus familias, sus donantes y todos aquellos que trabajan aquí y para vencer enfermedades, un paciente a la vez”, dijo el Dr. Forman.
Un futuro por delante
Para Karoline Huezo, esposa de Sergio Ramírez, la donación de Palacios no solo salvó a su esposo sino a toda la familia.
Al salvar una vida, no solo está salvando una porque cuando una persona se enferma, es esa persona y la familia. Es un efecto grande”, dijo Huezo. “Cuando una persona salva a otra, no sabe cuántas otras vidas está salvando”.
Aunque siempre pensó en las posibilidades de ser donante, ahora se ha dedicado a difundir la importancia de hacerlo.
“Ahora yo hablo más. Le digo a las personas que es muy importante donar. Especialmente entre los hispanos porque somos muy pocos los que donamos”, dijo Huezo. “Tengo mi propia experiencia de la cual puedo hablar”.
Por su parte, a Ramírez, la experiencia de padecer cáncer y la lucha para vencerlo, le mostró una nueva perspectiva de la vida.
“Aprendemos a ver lo que a veces no nos damos cuenta en la vida. Nos quejamos por cosas que no valen la pena”, dijo Ramírez.
“Uno se da cuenta cuando ya está en esta situación que uno se pelea, se enoja, cuando hay personas que realmente están peleando por sus vidas”, añadió.