Kabah (Yucatán)—El proyecto de conservación y restauración de los mascarones de piedra de la Estructura 2C6, mejor conocido como Codz Pop, en la Zona Arqueológica de Kabah, ha sido galardonado con el prestigioso Premio INAH 2024 en la categoría de Conservación de Bienes Muebles.
Esta distinción resalta no solo la magnitud del trabajo realizado, que incluye la atención a 5,400 piezas de piedra labrada formando 161 mascarones del dios maya Witz, sino también la habilidad y dedicación del equipo interdisciplinario liderado por la restauradora perito Natalia Hernández Tangarife del Centro INAH Yucatán.
El período de intervención, que se extendió desde julio de 2022 hasta junio de 2023, formó parte del amplio proyecto de conservación y restauración de la piedra labrada y acabados de estuco de la arquitectura Puuc.
Este proyecto no solo abarcó a Kabah, sino también a otros sitios relevantes como Sayil, Labná, Xlapak, Oxkintok, Chacmultún y las Grutas de Loltún, bajo el Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) derivado del impacto del Tren Maya.
La arquitectura Puuc se distingue por sus elaborados mosaicos de piedra que adornan las fachadas de palacios y templos, destacando entre ellos el Codz Pop.
La fachada oeste de esta estructura, que mide 53 metros de largo por 7 metros de alto, mostraba signos significativos de deterioro causados por el tiempo y la exposición al medio ambiente.
«Esta fachada alberga 125 mascarones completos, distribuidos a lo largo de los muros y en un friso, siendo el área con mayor número de piezas y donde se concentraron la mayoría de nuestras labores», explicó Hernández Tangarife.
Los mascarones, interpretados iconográficamente, se asocian con diversas deidades mayas como Itzamnaaj, el dios celeste; Chaac, la deidad de la lluvia; y más recientemente, con Witz, el espíritu de la montaña sagrada.
Cada uno está compuesto por 34 piezas labradas que juntas forman cascadas de estas figuras divinas, cubriendo íntegramente los muros.
Durante el proyecto, se abordaron múltiples desafíos para preservar estos importantes vestigios culturales. Desde su descubrimiento en el siglo XIX, esta sección del palacio ha pasado por diversas fases de investigación y restauración.
«Nos centramos en aquellos mosaicos de piedra que anteriormente no habían sido objeto de un proyecto integral de atención», señaló la titular del proyecto.
Las labores incluyeron la limpieza de microflora, consolidación de superficies disgregadas, y la correcta reintegración de fragmentos y morteros, respetando las características originales en textura y tonalidad.
Las intervenciones también abarcaron aspectos arquitectónicos como la reintegración de cornisas y el reemplazo de dinteles de concreto por otros de madera, para mantener la autenticidad del palacio utilizando materiales afines a los empleados originalmente por sus creadores.
Además, la colaboración interinstitucional con entidades como el Laboratorio Nacional de Ciencias para la Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural y el Instituto de Geología de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí fue crucial para el éxito del proyecto.
Este reconocimiento no solo enaltece el trabajo meticuloso de las 37 personas involucradas, sino que también subraya la capacidad de México para preservar y valorar su rico patrimonio cultural para futuras generaciones.