Guadalupe (México).- La Capilla de Nápoles, ubicada en el municipio de Guadalupe, Zacatecas, vuelve a mostrar la majestuosidad de su cúpula tras concluir una restauración impulsada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en coordinación con la Secretaría de Cultura del Gobierno de México. 

Este emblemático recinto, que forma parte del conjunto arquitectónico del Antiguo Colegio de Propaganda Fide de Nuestra Señora de Guadalupe, sufrió afectaciones a causa de las lluvias atípicas registradas en 2024, lo que motivó su intervención.

Los trabajos de restauración se entregaron formalmente a la comunidad franciscana, custodios del inmueble, junto con un informe detallado de las labores realizadas por un equipo de especialistas en conservación. 

Esta obra reafirma el compromiso del INAH con la protección del patrimonio cultural nacional, en especial de aquellos recintos que integran el histórico Camino Real de Tierra Adentro, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.

La restauración de la cúpula se llevó a cabo bajo el Programa Plurianual de Aseguramiento de Bienes Culturales y se dividió en dos etapas bien definidas. La primera comenzó en 2024 y se enfocó en la impermeabilización de las cubiertas tanto de la capilla como de la nave principal del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, con el objetivo de evitar filtraciones futuras que pudieran comprometer la estructura.

Restauran la cúpula de la Capilla de Nápoles en Zacatecas y recuperan su esplendor original
Autoridades del Centro INAH Zacatecas realizaron, el 18 de marzo de 2025, una entrega de los trabajos de atención a los franciscanos, custodios del inmueble. Foto Juan Carlos Basabe, CINAH Zacatecas

La segunda fase arrancó a principios de 2025, y en ella se intervino el interior de la cúpula. Para ello, fue necesario instalar un andamio de casi 18 metros de altura en el centro de la capilla, lo que permitió a las y los restauradores trabajar con precisión. Durante esta etapa, se realizó un registro fotográfico detallado y se llevó a cabo la limpieza general de los elementos de yesería presentes en el recinto.

Uno de los desafíos principales fue tratar la ornamentación dorada, que mostraba craqueladuras y desprendimientos. En las zonas donde fue posible, se aplicaron técnicas de limpieza química; en los casos de elementos originales, se procedió con la consolidación del oro para garantizar su permanencia. Además, se ejecutaron resanes para prevenir desplomes de los ornamentos, reforzando con inyecciones los elementos con disgregación interna producto de la humedad.

El deterioro del interior de la cúpula también implicó la reposición de secciones con faltantes de yeso y ornamentación. Estas áreas fueron remodeladas manualmente y preparadas con imprimación para la reintegración cromática, utilizando hojas de oro para mantener la unidad estética y estilística del conjunto.

Uno de los elementos más representativos del interior de la cúpula son sus medallones con anagramas marianos, ubicados en cada uno de los gajos. Muchos de estos presentaban daños o faltantes, por lo que se decidió retirarlos y trasladarlos al taller de restauración del Centro INAH Zacatecas. 

Allí, se sometieron a procesos de limpieza, corrección de superficie, resarcimiento de fisuras y eliminación de materiales no compatibles con los originales. Luego, se les aplicó una base de blanco de España y bol de arcilla, antes de recubrirlos nuevamente con hoja de oro y reinstalarlos en su sitio original.

Restauran la cúpula de la Capilla de Nápoles en Zacatecas y recuperan su esplendor original
Autoridades del Centro INAH Zacatecas realizaron, el 18 de marzo de 2025, una entrega de los trabajos de atención a los franciscanos, custodios del inmueble. Foto: Juan Carlos Basabe, CINAH Zacatecas

También se intervino el candil central de la capilla, al que se aplicaron limpiezas tanto mecánicas como químicas para devolverle su brillo y funcionalidad.

La Capilla de Nápoles representa una fusión singular de estilos arquitectónicos. Aunque su estructura es predominantemente neoclásica, conserva una ornamentación que recuerda el barroco por su riqueza decorativa. Su diseño fue encargado al presbítero fray Juan Bautista Méndez en 1845, pero la primera piedra fue colocada hasta 1849. 

La capilla recibió su nombre por una imagen de la Purísima Concepción de María, colocada en su altar mayor, la cual fue traída desde Nápoles, Italia. Este valioso regalo fue enviado al colegio por Isabel Farnesio, esposa del rey Felipe V de España, en el siglo XVIII.

Hoy, gracias a esta restauración, la Capilla de Nápoles vuelve a ser un testimonio vívido de la historia religiosa, artística y arquitectónica del norte de México. Su resplandeciente cúpula no solo devuelve el esplendor visual al santuario, sino que también simboliza el esfuerzo continuo por preservar la memoria cultural del país para las futuras generaciones.