Bousra Ndawène (Senegal).- En julio, cientos de familias atraviesan cada día la aldea de Bousra Ndawène en el Senegal. Caravanas de mujeres y niños se desplazan en carros de madera llenos de equipaje tirados por burros, que van seguidos por los hombres que conducen rebaños de vacas, ovejas y cabras.
Babacar Ndaw observa el paso de la comunidad de pastores por el corredor de trashumancia de 110 km de largo y 100 m de ancho que atraviesa su aldea y le da la bienvenida. Cada año, al inicio de la estación húmeda, los pastores senegaleses, gambianos, malienses y mauritanos se dirigen hacia el norte en busca de pastos frescos para su ganado.
Los pastores en esta región recorren cada año entre 800 y 1 000 km. Bousra Ndawène, donde vive Babacar, ofrece un merecido descanso a estos pastores y su ganado. La aldea también depende de esta migración bianual.
Ubicada en el distrito de Kaffrine en el Senegal, lejos de las principales ciudades y carreteras del país, la zona que rodea Bousra Ndawène tiene pocos cultivos y escasos recursos hídricos, lo que hace que los lugareños, los pastores y sus rebaños supongan un gran número de bocas que alimentar. Esta situación ha provocado en ocasiones tensiones entre los lugareños y las poblaciones nómadas.
A través de su Centro de Inversiones, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha ayudado a la Asociación Internacional de Fomento (AIF), que forma parte del grupo del Banco Mundial, y los gobiernos de Burkina Faso, el Chad, Malí, Mauritania, el Níger y el Senegal a formular y aplicar el Proyecto Regional de Apoyo al Pastoreo en el Sahel (PRAPS), coordinado por el Comité Permanente Interestatal de Lucha contra la Sequía en el Sahel. El proyecto, que supone una inversión total de 765 millones de USD, ha mejorado el acceso a activos productivos esenciales, servicios y mercados para los pastores a lo largo de los principales ejes de trashumancia. Actualmente, el proyecto tiene el objetivo de mejorar la resiliencia de los pastores y los agropastores en el Sahel.
Como criador y agricultor, Babacar dirige la “unidad de pastoreo” de su zona, que se encarga de prestar servicios de sanidad animal y proporcionar información a los pastores nómadas y agricultores locales.
Las unidades de pastoreo locales son esenciales para las comunidades en esta zona. Toda la comunidad participa en la elección de los dirigentes y en el establecimiento de planes y cartas locales para la gobernanza.
“En cada unidad hay un comité de medio ambiente, un comité de sanidad animal, un comité de infraestructuras y centros coordinadores de pozos, almacenes y mercados”, explica Ismael Thiaw, director del PRAPS para la zona de Koungheul.
Gestión pacífica de recursos y territorios
Cuando Babacar fue elegido presidente de la unidad de pastoreo, se fijó la misión de respetar el derecho tradicional de los pastores a recorrer las planicies del Senegal, pero también de garantizar las oportunidades de los lugareños de mejorar sus medios de vida, al tiempo que se comparten los recursos naturales de manera pacífica.
Babacar, que creció en esta comunidad y ahora cría en ella a sus hijos, ha aprendido que la convivencia pacífica con los pastores nómadas requiere esfuerzos por ambas partes, así como el favorecimiento del acceso a infraestructuras.
En el marco del PRAPS se ha trabajado para reducir estas tensiones relacionadas con los recursos mediante la provisión de importantes inversiones en infraestructuras en Bousra Ndawène, como un punto de abastecimiento de agua, un lugar de almacenamiento de piensos, una tienda y un mercado ganadero rehabilitado.
“Gracias al nuevo pozo, ahora tenemos mejor acceso al agua. Actualmente, tenemos también una tienda en la que se venden cerca de 50 toneladas de piensos”, explica Babacar.
Además de las infraestructuras, el PRAPS ayudó también a delimitar el corredor norte-sur por el que transitan los pastores nómadas. En la actualidad, hay bolardos que demarcan este corredor de trashumancia. “Esta delimitación de la tierra ha reducido los conflictos de manera considerable”, confirma Babacar.
Los animales que recorren largas distancias pueden portar y propagar enfermedades a extensas zonas. Por consiguiente, los servicios de sanidad animal son fundamentales para las aldeas que se encuentran en la ruta de los pastores, como Bousra Ndawène.
El proyecto proporcionó asimismo nuevos corrales de vacunación para mejorar el acceso de los pastores a la sanidad pecuaria y reducir el peligro de lesiones para los propios animales así como para los vacunadores.
Sakhewar Diouf es un joven veterinario, encargado de vacunar el ganado en Bousra Ndawène y sus alrededores.
Sakhewar, que recorre la zona en su motocicleta, aporta una valiosa protección al ganado vulnerable: “Vacunamos a los animales, hacemos el seguimiento de enfermedades y administramos medicamentos”.
En el contexto de una demanda creciente de productos ganaderos en el África subsahariana, conservar el pastoreo en el Sahel resulta crucial. Con respecto a 2012, se prevé que la demanda de carne en el África subsahariana aumente un 327 % para 2050.
No obstante, se ha pronosticado que los fenómenos meteorológicos más extremos y los riesgos naturales, sobre todo las sequías, perjudicarán gravemente a los 280 millones de animales criados por agropastores en la región del Sahel.
Mediante la aportación de mejoras a las infraestructuras, apoyo gubernamental, servicios de sanidad animal y desarrollo de la capacidad, el PRAPS ha aportado beneficio hasta el momento a más de 350 000 pastores en el Senegal y pretende llegar a más de un millón para 2027.
De manera más amplia, en seis países del Sahel, más de dos millones de pastores y agropastores se han beneficiado ya de las actividades del proyecto entre 2015 y 2021. Se crearon 183 unidades veterinarias y se construyeron o rehabilitaron 365 corrales de vacunación. Se dio acceso a 398 puntos de abastecimiento de agua y se construyeron o rehabilitaron 89 mercados, así como 39 mataderos, 63 centros de recogida y elaboración de leche y 23 puntos de venta de carne.
Para finales de 2027, el proyecto pretende llegar a otros 12,6 millones de beneficiarios.
Enfoques digitales
Acceder a información sobre el tiempo, la disponibilidad de pastos, los recursos hídricos y las opciones de pago en contextos transfronterizos son algunos de los mayores desafíos que afrontan los pastores y las comunidades que los acogen.
“Hemos estudiado la manera en que soluciones digitales, como el dinero móvil, pueden ayudar a proteger el pastoreo”, explica Julien Vallet, economista en el Centro de Inversiones de la FAO y jefe de equipo de proyecto.
“Gracias a la participación del Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la Capitalización, en el marco del PRAPS se ha realizado un estudio para ayudar a los países a determinar una solución digital sostenible y asequible que permita pagos transfronterizos para los ganaderos en el Chad, el Níger y Nigeria, teniendo en cuenta sus necesidades y las distintas divisas”.
Además, la FAO impartió capacitación a funcionarios del Ministerio de Agricultura, Soberanía Alimentaria y Ganadería del Senegal para utilizar la herramienta interactiva del Modelo de evaluación ambiental de la ganadería mundial, que estima la repercusión medioambiental de una inversión en el sector ganadero.
En pocos meses, los pastores atravesarán nuevamente Bousra Ndawène. Toda la comunidad estará allí para recibirlos y Babacar se encargará de organizar su convivencia. Al compartir recursos entre todos, la aldea recibe el beneficio económico generado por estos visitantes, y los pastores encuentran un lugar seguro en el que hacer una parada en su trayecto.