Managua (AFP) – Con una misa celebrada con cánticos, velas, banderas y gritos de «libertad», nicaragüenses recordaron este domingo a los cientos de manifestantes que han muerto o han sido encarcelados en los últimos seis meses por participar en las protestas contra el gobierno de Daniel Ortega.
«Le pedimos a Dios que ayude a ablandar los corazones de aquellos que tienen responsabilidad en el gobierno de este país para que libere a los que están encarcelados ilícitamente», demandó el sacerdote Rodolfo López durante una ceremonia religiosa en la catedral de Managua.
La iglesia católica, mediadora de un diálogo actualmente estancado entre el gobierno y la oposición, celebró la misa en memoria de los más de 320 muertos y 500 detenidos durante la represión a las protestas.
Las manifestaciones se iniciaron el 18 de abril contra una fallida reforma al seguro social, que luego evolucionó a una demanda de salida de Ortega, un exguerrillero de 72 años que gobierna desde 2007 en medio de acusaciones de nepotismo y corrupción.
En los últimos seis meses, Nicaragua ha sufrido en carne propia la forma en que los «poderosos oprimen al pueblo», dijo el padre, quien también criticó «las ambiciones desmedidas de poder», en abierta alusión al mandatario.
«Nosotros somos testigos» de «cómo los poderosos oprimen al pueblo, matándoles, torturándoles, teniéndolos en la cárcel ilícitamente», afirmó el sacerdote, que también criticó «las ambiciones desmedidas de poder», en abierta alusión al mandatario.
En una de las butacas, escuchaba emocionada con la foto de su hijo preso en la mano, Enma Álvarez, de 36 años.
«Me duele. Ya quiero que se acabe todo esto. Siento decepción del gobierno», dijo emocionada a la AFP Enma Álvarez, de 36 años, cuyo hijo Marvin Gutiérrez está preso.
Marvin, de 20 años, fue detenido el mes pasado y acusado por las autoridades de terrorismo y otros delitos, en base a una ley aprobada en julio, que castiga las protestas con hasta 20 años de prisión.
«Toda la población está triste e indignada, pero eso nos da fuerza para seguir luchando», dijo por su lado a la AFP Yamileth Mejía, del Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM).
«Duelen los muertos y el futuro es incierto pero siempre se guarda una esperanza», expresó a la AFP Mayner, de 27 años.
Entre los asistentes se encontraba la exguerrillera y dirigente de la disidencia sandinista Mónica Baltodano, quien al culminar la misa se sumó al grito masivo y espontáneo de los feligreses demandando «¡libertad, libertad, libertad!» con el puño en alto.
«Me siento con esperanza de que en Nicaragua las cosas van a cambiar y todos los presos van a salir», dijo Baltodano a la AFP, mientras sostenía en su mano la foto de su hermano Ricardo, un historiador de 58 años que está preso en una cárcel de máxima seguridad, también por protestar.