Buenos Aires (AFP) – Dirigentes sociales, de derechos humanos e intelectuales se sumaron este domingo al rechazo de la exhibición de bolsas mortuorias en las rejas de la Casa Rosada en Buenos Aires, colgadas por manifestantes durante una protesta opositora en la víspera contra las vacunaciones de privilegio.
El presidente Alberto Fernández había llamado en un tuit el sábado a «no callar ante esta barbarie».
La decena de bolsas, rellenadas de modo que simulaban contener cadáveres, estaban etiquetadas con nombres de dirigentes y agrupaciones oficialistas.
«El odio y la violencia siempre los hemos combatido con amor y el reclamo de justicia. La escena abyecta de unos cadáveres embolsados en el piso de la plaza es la confirmación del negacionismo y el desprecio por la democracia que promueven estos grupos», escribieron en un comunicado conjunto una docena de organismos de derechos humanos.
Sobre uno de los bultos figuraba el nombre de Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, la reconocida organización humanitaria dedicada a la búsqueda de bebés robados en la dictadura (1976-1983).
«Duele pero es un dolor de tristeza, pensar que hay argentinos que tengan ese despiadado rencor, pobres de ellos. Casi me dan lástima», reaccionó este domingo Carlotto en declaraciones a Radio 10.
Carlotto, de 90 años, negó haberse vacunado contra el covid-19 fuera del protocolo como fue acusada: «Me anoté en diciembre y me llamaron para ir al hospital. Todavía tengo que darme la segunda dosis», explicó.
El escándalo de las vacunaciones de privilegio se desató hace 10 días, cuando un reconocido periodista contó que fue inoculado en la sede del ministerio de Salud gracias a su amistad con el entonces ministro Gines González García, quien se vio forzado a renunciar.
Luego el gobierno divulgó una lista de 70 personas vacunadas, argumentando una mayoría por su ocupación estratégica en el Estado, pero algunos sin justificación. Carlotto no figura en esa nómina.
El sábado, centenares de manifestantes, incluidos altos dirigentes de la coalición opositora Juntos por el Cambio (centro-derecha), se convocaron frente a la Casa Rosada en una protesta replicada en varias ciudades, contra la ‘vacunación VIP’.
Allí, las bolsas mortuorias negras fueron exhibidas y colgadas por iniciativa de la agrupación Jóvenes Republicanos (derecha), que en un comunicado aseguró que los bultos «claramente representan a los argentinos que murieron por el irresponsable manejo de la pandemia» (del gobierno).
La imagen impactó fuerte en un país marcado por el recuerdo de la dictadura que dejó 30.000 desaparecidos.
«Esto es tan siniestro que no tengo calificativos. Remiten a la dictadura asesina y marcan con nombre y apellido. Por más graves que sean los delitos, nuestra Constitución marca derechos inviolables», tuiteó la filósofa Diana Maffía, directora del Observatorio de Género en la Justicia del Consejo de la Magistratura de Buenos Aires.
Con 44 millones de habitantes, Argentina registra más de dos millones de casos y cerca de 52.000 muertos por coronavirus. Poco más de un millón de personas ya fueron inoculadas.