Bogotá (AFP) – Las protestas en Colombia tomaron de nuevo las calles este miércoles antes de reanudar el diálogo con el gobierno, estancado por la negativa oficial a reconocer abusos policiales en las sangrientas manifestaciones que estallaron el 28 de abril contra el presidente Iván Duque.
En Bogotá, Cali, Medellín y otros puntos del país avanzan pacíficamente movilizaciones que exigen políticas más solidarias, ante la crisis económica que trajo la pandemia y castiga con dureza a los jóvenes.
La jornada de protestas antecede al encuentro que deberán sostener este jueves el gobierno y el frente más visible de protesta, que sin embargo no reúne a todos los sectores descontentos.
Las partes acordaron negociar una salida a la crisis que detonó un ya retirado proyecto para elevar impuestos, pero que avivó la represión en las calles.
Después de dos rondas de conversaciones, el gobierno y el llamado Comité del Paro siguen divididos en torno a los excesos de la fuerza pública denunciados por organizaciones locales e internacionales, en medio de una avalancha de videos que comprometen aparentemente a uniformados.
Duque se ha enfocado en asegurar el despeje de las vías bloqueadas que provoca desabastecimiento en algunos puntos, sobre todo en el suroeste del país. Al mismo tiempo ha lanzado ofertas para que el próximo semestre los jóvenes accedan gratuitamente a la universidad y obtengan créditos de vivienda.
El gobierno «está dilatando las negociaciones, ignorando las propuestas y el clamor del pueblo, y aparte de eso atacando al pueblo», dijo a la AFP Viviana Clemente, una comerciante de 41 años que salió a protestar en Bogotá junto con su hija de 15 con una pancarta en que se leía «la lucha de pocos vale por el futuro de todos».
«Para ellos es una payasada que el pueblo aguante hambre, la gente no sale a protestar por deporte, sino realmente es una inconformidad y el gobierno no ve eso, no quiere aceptarlo», añadió.
«Necesitamos más gestos» –
En 21 días de protestas han muerto al menos 42 personas, la gran mayoría civiles, pero también se registraron más de 1.700 heridos entre manifestantes y uniformados. De momento, la Fiscalía ha determinado que 15 de las víctimas han fallecido por su participación en las movilizaciones e investiga otros 11 casos.
Tres de los crímenes involucran a miembros de la fuerza pública, según el organismo. Una plataforma de derechos humanos encabezada por la ONG Temblores da cuenta de «43 homicidios» a manos de agentes estatales.
La estrategia de Duque «es dilatar la negociación al no aceptar garantías básicas solicitadas» por el Comité Nacional del Paro, señaló la líder universitaria Jennifer Pedraza.
«A lo que le apuesta es a que se desgaste la protesta (…) Se equivoca. Hay paro pa’ (para) rato», escribió en Twitter antes de unirse a las manifestaciones.
La ONU, la Unión Europea, Estados Unidos y oenegés internacionales han denunciado los excesos de las autoridades colombianas.
Sin embargo, Duque es reacio a admitir una represión generalizada y se ha enfocado en rechazar «casos» de abuso policial, mientras condena el «vandalismo» y el bloqueo de vías que dejan millonarias pérdidas y destrozos.
Este miércoles el expresidente colombiano y premio Nobel de Paz, Juan Manuel Santos, sugirió al gobierno que asuma con «humildad» los abusos policiales ocurridos durante protestas.
«Necesitamos más gestos, necesitamos que de las diferentes partes salga más empatía y más humildad, que el Estado reconozca ‘mire hemos cometido abusos'», señaló el exmandatario a la W Radio.
Según Santos, «ese solo gesto generaría ya una reacción muy favorable de la contraparte en este conflicto muy específico».
La pandemia, que hundió en la pobreza al 42,5% de la población, gravita en esta crisis. Casi un tercio de los colombianos (27,7%) entre los 14 y 28 años no estudia ni trabaja, según el órgano estatal de estadística.
Los jóvenes piden no ser asesinados, un Estado más solidario y una reforma de la policía que empiece por sacarla de la órbita del ministerio de Defensa, tras décadas de combate a la guerrilla y el narcotráfico.