Caracas (AFP) – La policía dispersó este martes con gases lacrimógenos una manifestación encabezada por el líder opositor Juan Guaidó para demandar elecciones que saquen del poder al presidente socialista de Venezuela, Nicolás Maduro.
Miles de personas comenzaron a marchar con Guaidó en Caracas, en momentos en los que el dirigente busca reactivar las protestas contra Maduro, aunque la concurrencia es lejana a las masivas movilizaciones que encabezó a principios de 2019.
Cuando apenas habían recorrido unas pocas cuadras, una barricada de agentes de la Policía Nacional con equipos antimotines les cortó el paso por una avenida, mientras un carro blindado bloqueaba otra.
«¡Este piquete no representa a Venezuela, este piquete representa la dictadura!», gritó Guaidó ante las fuerzas de seguridad.
Cuando quiso dialogar con los agentes, estos dispararon bombas lacrimógenas y la multitud se dispersó. Un puñado de jóvenes con el rostro cubierto respondió lanzando piedras y palos contra los efectivos.
«Ya llegará el momento» de «llegar a donde tenemos que llegar», dijo después Guaidó desde una plaza cercana, descartando que la marcha intentara continuar hacia el Palacio Legislativo, en el centro de la ciudad, como se había previsto inicialmente.
Con el rostro aún manchado por una sustancia para protegerse de los gases, Katherine Croquer, chef de 54 años, se replegaba.
«Que pase esto me duele, pero yo me siento con más valor, con más ganas de seguir protestando», dijo a la AFP Croquer, cuyo hijo de 26 años está a punto de emigrar a España.
Un informe de la ONU divulgado este martes indicó que desde finales de 2015, casi 5 millones de venezolanos dejaron el país para escapar de un derrumbe económico que parece no tener fin.
– «Unificar la lucha» –
Guaidó, jefe de la unicameral Asamblea Nacional, se dirigió tras los incidentes junto a otros legisladores y manifestantes hacia la plaza Alfredo Sadel, donde prometió apoyar todas las movilizaciones de trabajadores y estudiantes para «unificar la lucha».
«Este pueblo no tiene miedo, este pueblo no va a retroceder», arengó Guaidó, reconocido como presidente encargado de Venezuela por medio centenar de países que consideran fraudulentas las elecciones que mantuvieron a Maduro en el poder.
Los diputados opositores aprobaron en la plaza un documento que exige nuevas elecciones.
«La vía constitucional y democrática» para solucionar la crisis «la constituye una elección presidencial libre, justa y verificable», indica el texto.
Al caer la tarde, fuerzas especiales de la policía detuvieron a tres diputados en el hotel de Caracas donde se alojaban, denunció la oposición.
Dos de los legisladores fueron liberados horas después, pero el diputado Renzo Prieto siguió detenido sin que se conozcan las razones, reclamaron opositores al gobierno de Maduro.
– «Una foto» –
Como ante cada protesta de la oposición, el chavismo realizó simultáneamente una «contramarcha».
El dirigente oficialista Diosdado Cabello restó importancia a lo ocurrido en la manifestación convocada por Guaidó.
«Hicieron actos de violencia para tomarse una foto; lo que querían era la foto, porque ellos creen que con un ‘selfie’ van a tumbar al gobierno revolucionario», ironizó Cabello ante una multitud de partidarios de Maduro.
Los manifestantes chavistas gritaron consignas contra Guaidó, calificándole de «traidor» por considerarlo instigador de las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela y su ya debilitada industria petrolera.
«¡Guaidó no tiene chance para nada!», dijo a la AFP Zenaida Gamboa, docente jubilada de 63 años.
La jornada fue un test para Guaidó, pues la respuesta popular a sus actos fue cayendo a lo largo del año pasado. Su apoyo en el exterior, en contrapartida, creció y el propio Donald Trump prometió «aplastar» a Maduro.
Washington impuso severas sanciones petroleras a Venezuela que comprometen la principal fuente de recursos de un país ahorcado por la hiperinflación, el derrumbe del PIB y con servicios públicos -como la electricidad- en estado crítico.
Maduro considera «criminales» las medidas de Trump y acusa a Guaidó de apoyar un «plan de guerra» de Estados Unidos con apoyo de Brasil y Colombia.
Guaidó reconoció la relación entre sus movilizaciones y sus contactos con Trump y los que el presidente estadounidense mantuvo de forma bilateral en los últimos días con Bolsonaro y Duque.
«Claro que tiene correlación», admitió el lunes.