Progreso (Argentina) (AFP) – Progreso, un pequeño pueblo agrícola del litoral argentino, está sumergido en la tristeza, el dolor y la consternación desde que se confirmó la muerte de uno de sus hijos pródigos, el futbolista Emiliano Sala.
«Desde que supimos (la identificación del cuerpo), la gente solo habla de ello, el pueblo está muy afectado. Fue muy querido y admirado por todos. Este es un lugar pequeño, todos se conocen», dijo a la AFP el jefe del restaurante La Sociedad Italiana, Oscar Heymo.
Su cadáver fue hallado el jueves entre los restos del avión monomotor que ocupaba, acompañado solo por el piloto, y que se estrelló en el Canal de la Mancha el 21 de enero. Tenía 28 años y volaba de Francia al Reino Unido para pasar del francés FC Nantes al galés Cardiff. De momento, no hay rastros del piloto.
Profundamente herido por el anuncio oficial de la identificación de su hijo, Horacio Sala permanece recluido en su casa de Progreso, en la provincia de Santa Fe (centro-norte del país).
Los vecinos del pequeño pueblo esquivan las preguntas de los periodistas. Separado hace 10 años de la madre de Emiliano Sala, Horacio Sala estuvo en el centro de atención de los habitantes de Progreso desde que se conoció el éxito de su hijo. Ahora sigue en esa condición pero por la peor noticia.
– La humildad del ídolo –
Amigo de Horacio Sala, Heymo no tuvo el coraje de visitarlo después de la fúnebre noticia.
«Esta historia es terrible, no puedes imaginar el dolor que se siente», dice Heymo.
Ídolo de Progreso, Emiliano Sala jugaba al fútbol con los jóvenes del pueblo en cada una de sus visitas, durante las vacaciones de verano o en invierno con el FC Nantes.
Mientras los futbolistas argentinos en Europa desfilaban en hermosos autos cuando regresaban a casa, Sala seguía siendo de perfil bajo.
«Era bueno, pero honestamente no podíamos predecir que llegaría a la élite, hizo muchos sacrificios, fue su pasión», recuerda Diego Solís, su entrenador en el club de San Martín en Progreso, antes de que partiera a la ciudad de San Francisco, en la vecina provincia de Córdoba, donde funciona la Academia del Girondins de Bordeaux.
Diego Solís mantiene las dos camisetas de Bordeaux que Sala regaló a sus hijas. «Era una persona notable, nunca hablaba de él, preguntaba por los demás del pueblo. Estamos en shock», agregó.
Julio Muller, alcalde de Progreso, de 3.000 habitantes, cuenta cómo los pobladores siguieron la carrera futbolística de Sala. «No fue tan fácil, no vemos muchos partidos del campeonato francés en Argentina», señaló.
El pueblo sintió orgullo con el éxito de su niño mimado. Después de cada partido en Nantes, se comentaban los goles marcados por Sala.
«Tratamos de seguir sus triunfos y los celebramos», dijo el alcalde. «Su delirio era la pelota, jugar al fútbol, por eso llegó a este nivel», precisó.
– Tristeza y orgullo –
A 540 km al sur de Progreso, en el centro de Buenos Aires, no pasó por alto que el cuerpo pudo ser rescatado con una campaña de recolección de fondos.
«Si no fuera por la fortaleza de la familia no hubieran recuperado jamas el cuerpo de su hijo como para dar un fin y poder elaborar el duelo», dijo a la AFP Victoria Rubino, empleada estatal de 28 años, en una peatonal, cerca de la casa de gobierno.
En la misma vereda, Gladys Maciel, empleada bancaria, expresó: «La verdad que me produce un gran orgullo que sea tan querido en el mundo y mucho dolor por la familia».
De paso por la capital y antes de regresar a su Salta natal (norte), el jubilado Raúl Lizarraga coincidió en la «tristeza» por Sala, aunque aclaró no saber «cuáles han sido las causas» y admitir que no lo conocía ni sabía dónde jugaba.
«Pareciera ser que hubo alguna irresponsabilidad en el piloto o por el avión o en las condiciones del clima o de la gente que lo habilitó a viajar», reflexionó Lizarraga.
– «Todos somos Sala» –
Entre las personalidades del fútbol que le rindieron homenaje en las redes sociales estuvo Diego Maradona, quien agradeció «a los hinchas de todo el mundo por su apoyo. Hasta siempre Emiliano».
El estelar delantero Lionel Messi transmitió «toda nuestra fuerza» a los familiares y el exinternacional Gabriel Batistuta dijo de Sala: «Que descanse en paz, guerrero».
En Progreso, el día de la desaparición de Sala se vivió como un terremoto. «Hay un antes y un después, somos un pueblo triste, que sufre… Era nuestro embajador, Emi», afirmó el alcalde, asfixiado por la emoción.
«Todos somos Salas», dijo Muller al ilustrar el sentimiento de los vecinos de Progreso.