Como muchos inmigrantes, Oscar Zabaleta salió de El Salvador hace 15 años sin saber cuándo volvería a ver sus hijos. Pero un programa de refugiados lo ayudó a reunificar a su familia en Los Ángeles.
“Me siento feliz porque mi meta se realizó y tengo a mis hijos para acá”, dijo Zabaleta. “No tengo palabras para describirlo. Habían sido muchos años sin ver a mis hijos”, añadió Zabaleta, quien celebrará la Navidad en familia por primera vez en muchos años..
Los tres jóvenes, María, de 17 años, José, de 15, y Carlos, de 14, quedaron al cuidado de sus abuelos cuando su madre siguió los pasos de su padre hace 9 años.
“Yo tenía miedo de seguir en El Salvador porque tenía amigos que recibían amenazas o habían aparecido muertos, dijo María. “Tenía miedo de que nos podría pasar eso porque a veces a uno puede pasarle algo sin que haya cometido un error”.
Zabaleta y su esposa lograron reunirse con sus tres hijos a través del Programa para Menores Centroamericanos (CAM), lanzado por el Departamento de Estado en diciembre del año pasado. CAM permite a las familias de inmigrantes como Zabaleta traer a sus hijos desde Guatemala, Honduras o El Salvador para evitar que sean víctimas de la violencia. La solicitud es totalmente gratuita.
“Me siento feliz porque a mis hijos ya los tengo acá, aunque a veces dudas del programa pero como se ve, si da resultados”, dijo Zabaleta, quien recomienda a los padres que califican que se animen a intentarlo. “Si es cierto, las metas se cumplen. Solo hay que tener paciencia y tener fe de que todo va a salir bien”.
Para calificar con el programa CAM los padres o uno de ellos deben poseer algún tipo de estatus legal como residencia permanente, Estatus de Protección Temporal (TPS), Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), Salida Forzosa Diferida o Suspensión de Remoción. Los hijos deben ser menores de 21 años.
Bajo CAM, los menores reciben el estatus de refugiados o estatus diferido. Los jóvenes Zabaleta calificaron para la entrada condicional, que les otorga un número de seguro social y un permiso de trabajo renovable cada dos años. Sin embargo, no son elegibles para la residencia permanente y ciudadanía, que se les concede a las personas con estatus de refugiados.
Lilian Alba, directora del Programa de Migrantes del Instituto Internacional de Los Ángeles (IILA), destacó que a nivel nacional, unos 95 niños habían asistido a la entrevista con las autoridades de inmigración. Un 12 por ciento de ellos obtuvo la aprobación para la reunificación, tanto como refugiados como con entrada condicional.
A pesar de que el programa podría beneficiar a miles de menores de estos países, son muchos los que no se animan a participar porque dudan de los resultados del mismo, como en el caso de Oscar Zabaleta.
“Hemos encontrado padres que no creen en el programa. Los padres creen que es mentira, piensan que el programa no existe”, dijo Roque García, representante del programa de refugiados del IILA, una de las organizaciones aprobadas por el programa para ayudar a los padres con el proceso.