Brasilia (AFP) – Unos 156 millones de brasileños están habilitados para elegir el domingo a su jefe de Estado para los próximos cuatro años, con la particularidad de un presidente en ejercicio y un exmandatario como principales aspirantes.
En total, habrá once candidatos. Si ninguno supera el 50% de los votos válidos, será necesaria una segunda vuelta el 30 de octubre.
Jair Bolsonaro, el ultraderechista que hizo de la crisis una forma de gobernar
Jair Bolsonaro, un excapitán del Ejército con 28 años como diputado federal antes de llegar al Palacio presidencial del Planalto, busca un nuevo mandato por el Partido Liberal (PL), al cual se afilió en noviembre del año pasado.
Nacido hace 67 años en Glicerio, un pequeño pueblo del interior de Sao Paulo, Bolsonaro protagonizó desde 2019 un mandato marcado por constantes crisis institucionales -especialmente con la Corte Suprema- y por duras críticas internacionales por su política ambiental y la gestión de la pandemia.
El ultraderechista llega a la cita del domingo con un índice de rechazo de 52%, aunque apoyándose en unos indicadores económicos que apuntan a una reactivación tras la caída por la pandemia.
Tras cuatro años de gobierno, el candidato del PL mantiene una base irreductible de seguidores que lo ve como un freno al regreso del Partido de los Trabajadores (PT) al poder, algo que según Bolsonaro podría generar desorden en la economía, perversión de las costumbres conservadoras y un regreso de los grandes escándalos de corrupción.
Si no consigue un nuevo mandato, el presidente se convertirá en el primer mandatario en no conseguir la reelección desde que fue instituida en 1997.
Bolsonaro es segundo en intención de voto, con 33% de las preferencias, según el último sondeo del Instituto Datafolha.
Lula da Silva, el «ave fénix» que busca volver al Planalto
Como un «ave fénix», tras haber sido condenado y preso por 580 días por corrupción, el líder del PT, Luiz Inácio Lula da Silva, resurge para buscar su tercer mandato como presidente de Brasil.
Si resulta electo, Lula, nacido en Caetés, ciudad del estado de Pernambuco (noreste), asumirá con 77 años.
Limpiabotas durante una infancia pobre, Lula construyó su carrera política a partir de su activismo en el sindicato de metalúrgicos de Sao Paulo. Dejó la presidencia de Brasil en 2010, con un récord de popularidad por su éxito en el combate a la pobreza y la desigualdad.
En 2018, el izquierdista no pudo presentarse a la presidencia debido a su situación judicial, pero en 2021 la Corte Suprema anuló sus condenas por aspectos procesales.
Lula enfocó su campaña en un programa de «reconstrucción» del país, prometiendo que a ningún brasileño le faltará «comida en la mesa». Además, se comprometió a impulsar la protección del medioambiente y robustecer los programas sociales.
El exmandatario lidera las intenciones de voto con 47%, según Datafolha.
Ciro Gomes, el centroizquierdista duro contra Lula y Bolsonaro
El centroizquierdista Ciro Gomes, de 64 años, vuelve a presentarse como el candidato que no concilia con Bolsonaro ni con Lula, a quienes ha calificado de «muy parecidos».
Gomes ha sido criticado por el centroizquierda y Lula por su viaje a París en 2018, antes del balotaje entre el candidato del PT Fernando Haddad y Bolsonaro, lo que fue considerado como una falta de apoyo a Haddad y un incentivo a la victoria del ultraderechista.
Exministro de Hacienda y exgobernador de Ceará, un estado pobre del noreste brasileño, Gomes denunció esta semana las presiones para que abandone su candidatura para favorecer el «voto útil» hacia Lula.
«Nada me amedrentará ni me detendrá. Mi candidatura está en pie», dijo el candidato del Partido Laborista Democrático, con 7% de la intención de voto según el citado sondeo.
Simone Tebet, la esperanza de la «tercera vía»
Oriunda de Tres Lagoas, un municipio del estado brasileño de Mato Grosso (centro-oeste), la senadora Simone Tebet es la candidata de la «tercera vía».
Empujada por cierto sector del «establishment» y de la intelectualidad brasileña para romper la polarización, Tebet, abogada de 52 años, llega al 2 de octubre en cuarto lugar en las encuestas con 5% de las adhesiones.
Pese a que tuvo un papel destacado en los dos primeros debates de las presidenciales, esta católica opuesta al aborto del centrista Movimiento Democrático Brasileño, no consiguió traducir ese buen desempeño en apoyo electoral.
En el Congreso, Tebet, ha liderado la bancada femenina, fue la primera mujer en presidir la Comisión de Constitución y Justicia -una de las más relevantes-, y tuvo un papel destacado en la comisión de investigación parlamentaria de la pandemia.
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