Las altas temperaturas pueden afectar la salud de cualquier persona, sin importar la edad. Es por ello que es importante protegerse del calor durante la época de verano.

En un clima demasiado caliente y húmedo, el cuerpo enfrenta problemas para enfriarse y puede perder demasiado líquido o sal debido a la deshidratación o sudoración.

Eso ocasiona un aumento de la temperatura que conlleva a experimentar enfermedad por calor, que abarca el agotamiento por calor y golpe de calor.

Síntomas de la enfermedad por calor

Los síntomas por agotamiento por calor incluyen sudor copioso, debilidad, piel fría, pálida, húmeda y pegajosa, pulso rápido o débil, náuseas o vómitos y desmayo.

En estos casos se aconseja a la persona afectada que vaya a un sitio más fresco, se afloje la ropa y se refresque todo el cuerpo con paños húmedos y fríos. También es importante que tome sorbos de agua y en caso de que presente vómitos continuos, debe buscar atención médica inmediata.

Los síntomas por golpe de calor incluyen alta temperatura corporal (más de 103 °F),  piel caliente, enrojecida, seca o húmeda, pulso rápido y fuerte y posible pérdida de conocimiento.

En estos casos, se debe llevar a la persona a un lugar más fresco y tratar de bajarle la temperatura con paños fríos o un baño de agua fría. No se le debe administrar líquidos sino que debe llamarse al 911 ya que se considera una emergencia médica.

Precauciones para evitar la enfermedad del calor

Para esto es importante mantener la temperatura corporal baja, permaneciendo en lugares con aire acondicionado todo el tiempo que sea posible.

Si no cuenta con aire acondicionado en casa, no dependa de un ventilador para refrescarse. Es preferible que acuda a uno de los sitios de refrescamiento que el condado de Los Ángeles tiene disponibles durante la época del calor.

Use ropa ligera, de color claro y evite la exposición directa al sol. Beba suficiente agua y evite las bebidas alcohólicas o con mucha azúcar.

Si se encuentra en un lugar sin aire acondicionado o en espacios abiertos,  evite el esfuerzo excesivo innecesario, como ejercicios vigorosos durante las horas de mayor intensidad solar.

Manténgase informado sobre la temperatura exterior para planificar sus actividades en forma segura en caso de que haga calor.  

Los más afectados por el calor

Las personas de 65 años o más tienen menos probabilidad de sentir y reaccionar ante los cambios de temperatura, por lo que se les debe recordar que permanezcan en lugares con aire acondicionado o buscar un lugar donde pueda refrescarse, usar ropa ligera y beber agua constantemente.

Los bebés y los niños pequeños son sensibles a los efectos del calor extremo, por lo que es muy importante nunca dejarlos en un auto estacionado, aunque las ventanillas estén abiertas. Esto debe incluir también a las mascotas.  

De acuerdo con estadísticas del Departamento de Meteorología y Ciencias Climáticas  de la Universidad Estatal San José, desde 1998 han muerto 761 niños dejados dentro de los vehículos, el 32 por ciento de ellos menores de 1 año. 45 de esos fallecimientos han ocurrido en California.      

Las personas que trabajan al aire libre enfrentan mayores probabilidades de deshidratarse y enfermarse por el calor, por lo que deben, además de beber suficiente agua, utilizar protector solar. Si es posible, realizar sus actividades laborales a tempranas horas o más tarde durante el día y tomar períodos de descanso para refrescarse.

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