Washington (AFP) – El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, emprende esta semana una gira por cuatro países de Sudamérica con el objetivo de cimentar un bloque de presión frente al presidente venezolano Nicolás Maduro.
El viaje, que se extenderá entre el 11 y el 15 de abril, llevará a Pompeo a Chile, Paraguay, Perú, para concluir en la localidad colombiana de Cúcuta, en la frontera con Venezuela.
Desde el 23 de enero, cuando el líder opositor Juan Guaidó se proclamó presidente interino, Washington ha incrementado la presión económica y diplomática frente a Nicolás Maduro, con la esperanza de que se instale un gobierno de transición.
Pero Maduro, ha mantenido el control con el apoyo de los militares, Rusia y China, pese al endurecimiento de la crisis humanitaria, los apagones y las sanciones de Estados Unidos.
«Estados Unidos va a seguir usando toda la fuerza de la presión diplomática y económica para abrir paso a una transición diplomática inclusiva», dijo un alto funcionario del Departamento de Estado.
Washington ya impuso medidas punitivas contra más de 80 funcionarios y exfuncionarios de Venezuela, incluido Maduro, y casi 40 entidades. Además, aplicó a fines de enero sanciones a PDVSA que funcionarán de hecho como un embargo al crudo venezolano cuando empiecen a regir el 28 de abril.
– «Visiones afines» –
Los cuatro países elegidos para visitar son miembros del Grupo de Lima, que integran una docena de países americanos y que declaró ilegítimo el nuevo mandato de Maduro iniciado el 10 enero.
«El secretario de Estado visitará cuatro países con visiones afines», dijo un diplomático estadounidense.
Para el Departamento de Estado estos países son «representantes de un consenso regional cada vez más amplio».
Todos estos países también votaron el martes a favor de que Gustavo Tarre, el delegado de Guaidó, sea el representante de Venezuela ante la Organización de Estados Americanos (OEA).
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Un funcionario del Departamento de Estado señaló que uno de los principales enfoques para abordar la crisis de Venezuela está en expandir la capacidad de Guaidó para establecerse en las instituciones multilaterales.
Pompeo se reunirá el viernes en Santiago con el presidente Sebastián Piñera y el ministro de Relaciones Exteriores chileno, Roberto Ampuero.
«Vamos a hablar sobre los desafíos que enfrentamos en el hemisferio, incluyendo el colapso de la democracia en Venezuela», dijo un alto funcionario del Departamento de Estado.
– «Intensificar la presión»-
«Pompeo va a intentar conseguir más apoyo e intensificar la presión, principalmente a través de la cooperación regional económica y de sanciones financieras», dijo a la AFP Michael Shifter director del centro de análisis Diálogo Interamericano, con sede en Washington.
Shifter indicó que pese a los esfuerzos diplomáticos, «Maduro se ha atrincherado e incrementó la represión», por lo que en este escenario no sería sorprendente que la coalición actual se debilitara.
En Asunción, Pompeo se reunirá el sábado con el presidente paraguayo Abdo Benítez y el ministro de Relaciones Exteriores Luis Castiglioni, con una agenda centrada en «reforzar» los vínculos para combatir el crimen trasnacional y la corrupción, fortalecer las lazos económicos y apoyar la democracia en Venezuela.
Ese mismo día se desplazará a Lima para un encuentro con el presidente peruano Martín Vizcarra, con quien discutirá el apoyo dado al país a los refugiados de Venezuela además de otros asuntos bilaterales.
La aguda crisis política y social que vive Venezuela ha obligado a huir del país a 2,7 millones de venezolanos desde 2015, de los cuales 700.000 llegaron a Perú.
En su breve parada el domingo en la ciudad colombiana de Cúcuta, convertida en los últimos años en escenario de la crisis venezolana, Pompeo va a «visitar a las entidades que apoyan a los refugiados venezolanos y evaluar los desafíos causados por el cierre de la frontera», dijo el Departamento de Estado.
Christopher Sabatini, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Columbia en Nueva York, explicó que Estados Unidos necesita congregar a su coalición diplomática.
«Estados Unidos ya ha utilizado casi todas sus grandes herramientas de sanciones y amenazar con más parece como un farol y no sería útil», explicó el experto a la AFP.