San José (AFP) – El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, presionó este martes a los gobiernos de Venezuela y Nicaragua a celebrar elecciones libres y democratizar sus países, durante una visita a Costa Rica.
Las tensas relaciones de Washington con los gobiernos de Nicolás Maduro en Venezuela y de Daniel Ortega en Nicaragua dominaron gran parte de las conversaciones de Pompeo con el mandatario costarricense, Carlos Alvarado.
En el caso del líder Venezolano, Pompeo fue consultado sobre una declaración de Maduro publicada este martes por el diario The Washington Post, en la cual abogó por «respeto y diálogo» para resolver sus diferencias con Estados Unidos.
«Ha habido una cantidad de conversaciones con Nicolás Maduro en los últimos meses. Pero no ha habido demostración de que esté preparado para permitir elecciones libres y abiertas», respondió Pompeo, quien se trasladó a Jamaica tras su visita a San José.
Un funcionario del Departamento de Estado aclaró posteriormente a periodistas que esas conversaciones no fueron con Estados Unidos, sino con países europeos y Noruega.
Hablando junto a Alvarado, Pompeo insistió en que no se ha visto «ninguna evidencia de que Maduro esté remotamente interesado en celebrar elecciones libres y justas. Él sabe que perdería».
«La gente no quiere que Maduro sea un tirano, él ha destruido su economía, ha creado una de las mayores crisis humanitarias en la historia de América Central y del Sur», sostuvo el secretario de Estado.
Pompeo, que realiza esta semana una gira por Latinoamérica y el Caribe para afianzar la relación con países socios en la región, llegó a San José tras una visita a Colombia que estuvo dominada por la situación en Venezuela y los esfuerzos del líder opositor Juan Guaidó para propiciar la salida de Maduro.
También destacó en Bogotá, donde participó el lunes en una conferencia contra el terrorismo, los «esfuerzos importantes» que realiza el gobierno de Iván Duque para reducir el narcotráfico.
– Represión en Nicaragua –
En San José, Pompeo abordó además la preocupación de Washington por la crisis en Nicaragua tras el estallido de las protestas contra el gobierno de Ortega en abril de 2018, cuya represión ha dejado al menos 325 muertos, cientos de encarcelados y 85.000 exiliados, en su mayoría en Costa Rica, según grupos humanitarios.
«Hoy Estados Unidos urge al régimen de Ortega en Nicaragua a cesar la represión y restaurar las libertades civiles básicas y apoyar elecciones libres y justas», declaró Pompeo.
Mientras el secretario de Estado se reunía con Alvarado, un pequeño grupo de opositores nicaragüenses se manifestó frente a la Casa Presidencial con mensajes contra Ortega y sobre las dificultades que viven los exiliados nicaragüenses en Costa Rica.
Pompeo mantuvo un encuentro con un grupo de expatriados de Nicaragua en la sede de la embajada estadounidense en San José.
También visitó el Centro de Operaciones Conjuntas del gobierno costarricense, donde se coordinan actividades de combate al narcotráfico, antes de tomar el avión que lo llevó a Jamaica.
Washington lleva adelante una campaña de presión diplomática y sanciones económicas contra Managua para forzar la partida de Ortega y su esposa y vicepresidente, Rosario Murillo, elegidos en controvertidos comicios en 2016 y a quienes acusa de corrupción y graves violaciones de los derechos humanos.
El gobierno de Donald Trump, que considera a Nicaragua parte de la «troika de la tiranía» junto a Cuba y Venezuela, promueve la realización de elecciones «anticipadas, libres y transparentes» en el país centroamericano para superar el estancamiento político y reactivar la economía.
Costa Rica ha recibido a al menos 55.000 nicaragüenses que huyeron por la crisis, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). En tanto, más de 4,6 millones de venezolanos han abandonado su país en los últimos años, según la ONU.
El presidente costarricense Alvarado insistió en su llamado a la ayuda internacional para atender a los migrantes en su territorio, tanto nicaragüenses como venezolanos.
– Molestia por advertencia de viajes –
Alvarado aprovechó la visita para expresar la disconformidad de Costa Rica con la decisión estadounidense de elevar el nivel de alerta para turistas que visitan el país centroamericano por el riesgo de criminalidad.
El mandatario aclaró que se trata de «un tema reputacional», por cuanto deja a Costa Rica en una categoría igual que algunos países centroamericanos con elevados índices de violencia.
Por el contrario, aseguró que Costa Rica ha reducido sus niveles de homicidios los últimos dos años, por lo cual consideró que no hay justificación para modificar la clasificación de riesgo para turistas.
En la escala de cuatro niveles de riesgo para turistas, Estados Unidos elevó a Costa Rica este mes del nivel uno, de riesgo bajo, al dos.
Pompeo aseguró que el Departamento de Estado revisaría esa clasificación y daría una respuesta «lo más pronto posible».
Costa Rica recibe anualmente tres millones de turistas, de los cuales la mitad son estadounidenses.