Caracas (AFP) – La embajada de Estados Unidos en Caracas se encontraba este viernes resguardada por un nutrido número de policías, un día después de que el presidente Nicolás Maduro ordenara reforzar su vigilancia en medio de la pugna entre ambos países que carecen de relaciones.
La sede diplomática cerrada, un gran complejo enclavado en una zona montañosa del sureste de Caracas, estaba rodeada por varias decenas de policías nacionales, observaron periodistas de la AFP.
Los agentes no permitieron a los reporteros descender ni tomar imágenes y los obligaron a marcharse.
Los ocupantes trataban de impedir, con anuencia del gobierno socialista, que la sede fuera tomada por representantes del opositor Juan Guaidó, quien reconocido como presidente interino de Venezuela por medio centenar de países le disputa el poder a Maduro desde hace casi cuatro meses.
Maduro rompió relaciones con Estados Unidos luego de que Donald Trump considerara legítima la proclamación de Guaidó el pasado 23 de enero, y ordenó la salida de su personal diplomático en Caracas.
Washington se negó desafiando la legitimidad del gobernante socialista, pero terminó a mediados de marzo anunciando la retirada de todos sus trabajadores ante un recrudecimiento de la crisis venezolana.