Tegucigalpa (AFP) – Pincel en mano, el salvadoreño Alberto Ramírez pintaba una iguana en Cantarranas, un pueblo cercano a Tegucigalpa donde 40 artistas de siete países hacían este domingo murales de promoción de paz, en un país extremadamente violento y de migración irregular.
El típico pueblo de raíces coloniales españolas, con su parque central rodeado por la iglesia y la alcaldía, celebraba por lo alto el «Tercer Encuentro de Muralistas de los Pueblos del Mundo», en el marco del 24 Festival de Alimentos y Juegos Tradicionales en Extinción.
Mientras Alberto pintaba la iguana de unos seis metros de largo posando entre lirios y cultivos agrícolas en las paredes de una casa de adobe repellada de cemento, en la acera frente al parque central lucía la escultura de una mazorca de maíz y una botella talladas en piedra caliza recién terminada por el guatemalteco Aliix Mendoza.
Pintamos «la iguana porque es representativa de la fauna en esta zona» del valle de Siria, unos 20 km al noreste de Tegucigalpa, afirmaba a la AFP Alberto, a la sombra de la vivienda con techo de teja. «También es una zona de lirios y cultivos agrícolas», resaltó.
En tanto, Aliix destacaba su trabajo de la mazorca como «una manifestación de la base alimenticia de los pueblos de Mesoamérica» y «a la botella que debemos volver para eliminar el plástico que está dañando al ambiente», demandaba.
«Exhortamos a inculcar a los niños el respeto de los murales y esculturas, producto del trabajo y del talento de estas mentes brillantes», exigió el alcalde Francisco Gaitán al dirigirse con un micrófono a cientos de pobladores reunidos en el parque central durante la festividad.
Gaitán había reunido a los pintores y escultores para inaugurar la «galería abierta de esculturas», que junto a los murales dan un retoque al pintoresco municipio fundado en el año 1600 y que hoy tiene 6.000 habitantes, más otros 12.000 en 20 aldeas y 104 caseríos.
En el recorrido por las callejuelas de piedra tallada, entre viviendas de adobe y teja, van apareciendo 102 murales de colores vivos y en el parque con cipreses, palmeras y buganbilias. En los alrededores destacan 15 esculturas de piedra y de desechos de piezas de hierro de automóviles.
Los murales representan a la naturaleza, flora y fauna, a la gente laboriosa que trabaja en la agricultura, ganadería y comercio, según dijo el alcalde.
Gaitán informó a la AFP que la alcaldía creó un comité de prevención de violencia para mantener a Cantarranas fuera del alcance de las manos de los pandilleros asesinos y extorsionadores, así como de los narcotraficantes que tienen a Honduras entre los países más violentos del mundo.
Según cifras oficiales, este país centroamericano registra una tasa de 40 homicidios por cada 100.000 habitantes, cerca de seis veces el promedio mundial establecido por organismos internacionales especializados.
La violencia y la falta de empleo han provocado desde octubre estampidas en caravanas de miles de hondudreños buscando mejores oportunidades de vida en Estados Unidos, lo que ha provocado la irritación del presidente Donald Trump.