Los Ángeles (AFP) – Pimpinela sacudió la escena musical con el estilo teatral de «sus canciones de pelea» en los años 1980. Después de cuatro décadas, los hermanos Joaquín y Lucía Galán no piensan en retirarse: «Seguimos con la misma intensidad del primer día».
El dúo argentino inició una gira en Estados Unidos para conmemorar el 40 aniversario, luego de meses separados por la pandemia del covid-19.
«Es un número importante», dice Lucía a la AFP en una entrevista en un hotel después del concierto en Los Ángeles.
«Para nosotros la presentación [en tarima] es muy importante. Nuestra propuesta, la mezcla del teatro con la música, es un concepto preparado para estar en vivo», agrega.
Pimpinela saltó a la fama con «Olvídame y pega la vuelta» a comienzos de los años 1980. Por insistencia de su madre, Joaquín, que ya trabajaba en la música, compuso una canción para cantar con su hermana, que practicaba teatro.
«Cuando llegué de clases, él tocó la guitarra y yo comencé a cantar, exagerando: ‘¿Quién es?/Soy yo/¿Qué vienes a buscar?/A ti’. Ahí dijimos, espera, aquí tenemos algo», recuenta Lucía sobre la poderosa canción que ha hecho cantar a miles y que fue relanzada por Marc Anthony y Jennifer López en 2016, dos años después de su divorcio.
«Esa canción es mágica. Con todos los años y en España sigue siendo la canción que más se canta en los karaokes», agrega Joaquín, de 68 años, responsable de las composiciones del dúo.
«Fue parte de una seguidilla, empezaban a salir solas», recuenta sobre el proceso detrás de las «canciones de pelea, como la gente las llamaba».
Pero Pimpinela es más que eso, afirman los hermanos Galán.
«Tenemos canciones dedicadas a la familia, contra la violencia de género y contra la xenofobia, por el matrimonio igualitario. Siempre fuimos recorriendo historias que le son comunes a mucha gente en diferentes lugares», dice Lucía, de 60 años.
Pero en el efervescente mercado musical, Pimpinela decidió que renovaría su repertorio manteniéndose fiel a su estilo.
«Armamos cada canción como si fuese una miniopera de tres minutos, nuestros shows son más teatrales que musicales», explica Lucía. «La música ha cambiado radicalmente, es otro mundo, pero nos hemos adaptado», agrega Joaquín.
«Traición» –
En noviembre de 2019, los hermanos recibieron un Grammy Latino por su trayectoria.
En marzo de 2020 estrenaron «Traición», otra canción teatral en la que un hombre, de mediana edad, revela a su esposa que sí la traiciona, pero con un hombre, y no con una mujer como ella supone.
«Mucha gente se sorprendió con esta faceta», comenta Joaquín extrañado. «Nosotros si algo no hemos sido en nuestra carrera es conservadores, hemos buscado siempre romper prejuicios, siendo dos hermanos que cantamos canciones de amor».
Durante la pandemia atravesaron separados el duelo por la muerte de su madre en enero de 2020.
«Viviendo a cuatro calles, estuvimos nueve meses sin vernos», dice Joaquín.
Se reunieron dos veces en su natal Buenos Aires, una de ellas para lanzar una canción sobre la pandemia («2020: el año en que se detuvo el tiempo») y administraron el trabajo de forma virtual, atendiendo también sus proyectos benéficos.
Continuarán la gira por América Latina en 2022 y grabarán un disco para conmemorar los 40 años con artistas invitados.
«Somos uno» –
La sincronía de los Galán es notoria. Hay un ritmo entre ellos cuando posan y cuando hablan. Cuando se les pregunta cómo es dividir la vida profesional y personal con tu único hermano, Lucía sonríe y dispara entre risas: «Es intenso, ¿cuánto tiempo tenés?».
«La mayoría de las veces está bien, pero sí tenemos nuestras discusiones, nuestras peleas, nuestros días en que estamos más distanciados», confiesa.
«Pero son discusiones que se pasan con un chiste, con una charla. Si no fuéramos hermanos, no creo que hubiésemos durado 40 años».
Los hermanos, cuyo versátil gusto musical incluye reguetón y trap, dicen nunca haber pensado en una carrera en solitario.
«Con Pimpinela sentimos permanentemente el reconocimiento de haber hecho algo distinto, de haber creado nuestro propio estilo. Separados habríamos sido dos más, juntos somos uno», dice Joaquín.
«Nunca solitario», agrega Lucía, para en seguida bromear: «No tendría con quien pelearme».